La agencia de meteorología de España recibe cada vez más amenazas por los chemtrails y otros bulos

La Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) inició a finales de abril una campaña para frenar las crecientes amenazas contra sus trabajadores por parte de conspiranoicos climáticos. En una entrevista con elDiario.es, la portavoz de la agencia, Estrella Gutiérrez, dijo que los insultos llegan “hasta por teléfono”, y que en 30 años “nunca” había vivido una situación similar.

“Asesinos”. “Criminales”. “Sicarios de la información al servicio del mal”. “Os estamos vigilando”. “Lo pagaréis”, dicen algunos de los mensajes que reciben los trabajadores de AEMET a causa de las diferentes teorías de la conspiración.

El calor extremo, la sequía que asola Europa y el bulo de los chemtrails, que alcanza nuevas cotas gracias a la viralidad de TikTok y Reels, ha agitado a una ruidosa parte de la población en contra de los meteorólogos. Los acusan de “manipulación climática”. De “provocar la sequía como uno de los objetivos de la agenda 2030 satánica”. De “fumigar”, “esterilizar” o “controlar a la población” desde el cielo con químicos rociados desde los aviones.

El bulo del control climático a través de las estelas de los aviones ha ido ganando adeptos desde que, en 1996, la Fuerza Aérea de Estados Unidos especuló sobre cómo en 2025 seríamos capaces de cambiar el tiempo con geoingeniería. Los chemtrails han sido desmontados en múltiples ocasiones sin que surta mayor efecto. La última en salir al paso ha sido la Asociación Meteorológica Española (AME) con una declaración en su web:

(...) Las estelas que ocasionalmente se observan en el cielo se producen a la salida de las turbinas por el efecto combinado del descenso de temperatura (debido al brusco descenso adiabático de la presión a la salida de las turbinas) y la aportación de vapor de agua al exterior (...) Las estelas de condensación pueden persistir en el tiempo, dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad de la zona de la atmósfera en la que se forman. Cuando estas estelas persisten en el tiempo y se ensanchan dan lugar a un tipo de nube cirriforme, que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha incorporado en 2017 a su “Atlas Internacional de Nubes” calificándola como especie homogenitus, es decir, generada por el hombre (...) el efecto combinado de las estelas (similar al de los cirrus) se traduce en un forzamiento radiativo mínimamente positivo, con una contribución al calentamiento global de varios órdenes de magnitud menor que el conjunto de gases de efecto invernadero emitidos por actividades humanas (...) El dióxido de carbono (incoloro) y otros gases de efecto invernadero no dejan ninguna huella visible en la atmósfera cuando se emiten desde los aviones (...) El impacto de las estelas en el tiempo meteorológico y en el clima es insignificante, comparado con el efecto producido por el conjunto de gases de efecto invernadero emitidos por actividades humanas”.

A pesar de la unanimidad de los científicos (77 químicos atmosféricos firmaron un estudio revisado por pares en 2016 que negaba la existencia de los chemtrails), cada vez más gente cree en los chemtrails. En Estados Unidos, el número ronda el 20% para la gente que cree que la conspiración es parcialmente cierta, según la encuesta más reciente. Un 10% cree a pies juntillas en la conspiración.

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