Marchistas mexicanos y entrenadores cuestionan decisión de World Athletics de no incluir los 35 km en el Programa Olímpico.
Cuando el reloj marca las 6:30 de la mañana, y el ambiente está dominado por la frescura perpetua que tiene el alba, el equipo de marchistas mexicanos del profesor Raúl González sale a la pista de tartán del COM, o toma las veredas de alguno de los parques colindantes. Los andarines escuchan atentos las indicaciones de su mentor y luego comienzan la marcha, el vaivén de los brazos, el paso apretado, producto de años de depurar la técnica.
“En los días tranquilitos”, dice el entrenador, la cuenta de kilómetros recorridos no baja de los 30. Pero sus risas revelan que casi siempre son más.
En el equipo, hay por lo menos tres marchistas mexicanos que en un principio habían decidido apostarlo todo a la prueba de los 35 kilómetros, por encima de la de los 20. El profesor, que conoce como nadie los secretos de la caminata, les vio más cualidades en la resistencia que en la velocidad, y bajo esa premisa delineó la planeación rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024.
El más adelantado de todos es José Luis Doctor. El marchista de 26 años está ubicado en el décimo lugar del ranking mundial y su proyección lo coloca como uno de los mejores prospectos. Le acompañan Alejandra Ortega, seleccionada nacional en Río 2016, y el también olímpico José Leyver Ojeda, décimo quinto lugar en los 50 km de Tokio 2020.