Las y los hablantes de lenguas tonales son capaces de discernir entre melodías a comparación de quienes hablan una lengua no tonal.
Investigadores de la Universidad de Columbia, Universidad de Yale y Universidad de Duke realizaron un estudio a nivel mundial comparando las capacidades melódicas y rítmicas de casi medio millón de personas que hablan 54 lenguas distintas. Descubrieron que hablantes de lenguas no tonales son capaces de distinguir entre melodías diferentes, mientras hablantes no tonales son capaces de distinguir el ritmo.
El estudio está publicado en la revista ‘Current Biology’. A pesar de estos resultados, investigadores resaltan que la percepción rítmica y melódica no llega a la mitad que podría adquirirse en clases de música. El inglés y el español son lenguas no tonales, pues si la persona cambia el tono al hablar, no afecta el significado de las palabras, sino expresa una emoción.
“Crecemos hablando y oyendo uno o dos más idiomas. Creemos que esta experiencia no sólo afina nuestra mente para oír los sonidos de esos idiomas, sino también podría influir en cómo percibimos los sonidos musicales, como melodías y ritmos”, menciona Courtney Hilton, autora principal del artículo, reporta Infosalus.
¿Por qué es importante el ritmo y melodía en niños y niñas?
El ritmo musical es la sucesión concreta de sonidos en el tiempo, mientras la melodía es aquello que despierta emociones propias de la música y queda grabado en la memoria, de acuerdo con Huele a Química. El ritmo está presentes desde el vientre a través de las palpitaciones del corazón de la mamá. En los primeros años de su vida, el niño o la niña va aprendiendo de él mediante canciones infantiles o sonidos en su entorno.
La música tiene diversos beneficios en la educación de los niños y las niñas, como mejorar la capacidad intelectual y la memoria, fomentar la imaginación y creatividad, ampliar el vocabulario, manifiesta sus sentimientos, mejora su capacidad de autoconfianza, ayuda a desarrollar habilidades sociales y mejora el estado de ánimo, detalla IFEMA Madrid.
El equipo de investigación convocó a casi medio millón de participantes de 203 países, quienes hablaban 54 lenguas diferentes, incluyendo 19 lenguas tonales geográficamente dispersas. Para la realización del estudio les fueron asignadas tres tareas musicales diferentes que ponían a prueba su capacidad para diferenciar la melodía, ritmo y tono.
Notaron que la lengua hablada influía en la capacidad melódica y rítmica, pero no en la capacidad de si alguien podía cantar afinado o no. Aunque con anterioridad se había realizado esta investigación, aportó la diferenciación entre las influencias lingüísticas y las influencias culturales.
“Un gran reto para entender cómo los humanos procesamos el mundo es descomponer grandes temas, como la música o el lenguaje en sus componentes –tono, ritmo, melodía–. Un segundo reto es obtener muestras grandes de participantes diversos para extraer conclusiones fiables. Este trabajo da un paso importantes en ambas direcciones”, explica Elika Bergelson, también autora principal del estudio.
¿Cómo fomentar el ritmo en mis hijos?
Familiares con niños y niñas siempre van a querer que tengan las mejores habilidades, por ello Edukame deja una serie de ejercicios a realizar para fomentar el ritmo:
- Realizar movimiento con el cuerpo mientras escuchamos un sonido. Aumentar el movimiento conforme aumente el ritmo del instrumento
- Moverse por la habitación y parar cuando suene un determinado sonido, como una palmada
- Hacer sonar diversos instrumentos y elegir un movimiento diferente cada sonido
- Bailar una canción primero con una parte del cuerpo y poco a poco ir incorporando las demás partes hasta bailar con todo el cuerpo
- Hacer sonar diferentes melodías y repetirlas en orden