Dentro del reglamento de ecología estipula que los predios en abandono deberían de ser limpiados por parte de Presidencia.
Humedad, inseguridad y alto peligro se encuentran los ciudadanos por los predios abandonados que son utilizados para arrojar basura de forma clandestina.
Desechos tóxicos, de higiene personal, incluso animales muertos y una casa derrumbándose son las condiciones en las que se encuentra una casa en abandono en la colonia Hipódromo.
Se ha reportado desde hace varios años, sin embargo, se ha hecho caso omiso a los múltiples reportes que los ciudadanos han hecho; incluso hablando con el propietario del terreno no ha respondido responsablemente por su propiedad.
La señora Concepción, vecina, comentó que se han corrido el riesgo de ver alimañas como víboras de al menos un metro de largo y ver a los ciudadanos que pasan por la calle arrojar basura por los contenedores que retiraron hace unos meses, además de los jóvenes de la colonia que entran a jugar, poniendo en riesgo su vida al estar derrumbándose la casa.
Por su parte, la regidora de ecología, Suzuki Rodríguez, menciona que dentro del reglamento de ecología estipula que los predios en abandono deberían de ser limpiados por parte de Presidencia, sin embargo, se necesita un proceso en el cual podría tardar un poco de tiempo.
El procedimiento para aplicar este reglamento se basa en identificar al dueño de la propiedad, ponerse en contacto con ellos y darles un aviso para que limpien su predio, si la persona no puede limpiarlo, se pide su autorización para que las autoridades municipales intervengan en la limpieza.
"Hay algunos lugares en los que podemos meternos sin necesidad de pedir permiso o identificar al dueño, sin embargo, la mayoría son propiedad privada y es ahí donde no podemos entrar a menos que nos autoricen", mencionó la regidora.
Se le dará un énfasis a los lugares en donde corren más riesgo, como es el caso de la colonia Hipódromo, entre calle Saltillo con Piedras Negras, quienes piden sean escuchados con gritos de auxilio por temor a una picadura de un animal o algo mucho peor, algún amante de lo ajeno o ingiriendo sustancias tóxicas que decida hacerles daño o robar.