Una suplente ajustó el quórum para el desaseo legislativo

En 10 minutos de votación nadie pudo haber leído los documentos ni existió el interés de cuestionar las órdenes presidenciales

A piedra y lodo, en la vieja casona de Xicoténcatl, habilitada como sede alterna, en una jornada inédita plagada de desaseo legislativo y con visita de cortesía previa a Palacio Nacional para la foto del Presidente con las cuatro corcholatas, Morena y sus aliados cumplieron con la orden presidencial y aprobaron a mano alzada, vía fast track y sin ni siquiera leer los dictámenes, una cascada de reformas con un récord de una cada 10 minutos.

Al filo de las 22:00 horas del viernes, Armenta abrió los trabajos y dijo que los dictámenes de las 20 reformas estaban disponibles en los celulares con un código QR para la consulta de los 65 senadores.

En 10 minutos de votación nadie pudo haber leído los documentos ni existió el interés de cuestionar las órdenes presidenciales... ni siquiera fueron argumentadas las reformas.

De entrada, era necesario el quórum y los votos, por lo que se dio trámite a la licencia de Claudia Balderas, célebre por sus escándalos en el recinto legislativo y por adeudar más de 100 mil pesos de renta, y quien está comisionada en la Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta Unión Europea (UE)-México en Bruselas, Bélgica. Su suplente, Tanya Carola Viveros Cházaro, rindió protesta de ley en el Senado de la República, cuando Balderas aún está gozando del periplo con recursos públicos.

Pero la noche del desaseo no quedó ahí.

Tampoco hubo acceso a la prensa que cubre todos los días el Senado por órdenes del presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta, y prácticamente escondidos en el patio donde está la estatua del mártir de la democracia Belisario Domínguez, los legisladores oficialistas —que salieron de su sede entre gritos de “¡Fuera, corruptos!” por parte de la oposición— aprobaron una veintena de reformas en cinco horas, algunas incluso constitucionales.

Con Xóchitl Gálvez encadenada al viejo escritorio de la Mesa Directiva de Xicoténcatl, como mudo testigo de esta jornada, Morena emuló y superó la añeja práctica priista del fast track y la aplanadora legislativa. El presidente del Senado encerró a los suyos a piedra y lodo, sin acceso a periodistas, para darse gusto cantando y festinando las votaciones a favor de las ordenadas desde Palacio Nacional, mientras que el bloque de contención en la sede de Reforma e Insurgentes anunció que impugnará “el cochinero legislativo” que se aprobó.

La cascada sólo se interrumpió en los primeros minutos de ayer cuando le cantaron Las Mañanitas y lanzaron porras a la senadora Citlalli Hernández, en lo que ya era un jolgorio.

Todo fue prácticamente a mano alzada. Sin lecturas ni argumentaciones. Menos debate. Vendrían una a una las 18 minutas. Como si salieran del concierto de Rosalía en el Zócalo, a unos 300 metros de Xicoténcatl, los senadores de Morena y sus aliados festejaron la cascada de reformas presidenciales aprobadas en tiempo récord.

A esas horas de la madrugada, Xóchilt Gálvez seguía encadenada, en su protesta por la muerte por inanición del Inai, decretada en Palacio Nacional y obedecida puntualmente por los oficialistas con escaño.

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