Una noche en la que el título de la Premier League se decidía en Manchester, el Liverpool de Jürgen Klopp estaba a muchos kilómetros de distancia, tanto en sentido literal como figurado. Debía remontar en el este de Londres para rescatar sus esperanzas de clasificarse para la Champions League la próxima temporada. Esas esperanzas, incluso después de la estrecha victoria por 2-1 ante West Ham United, siguen pendiendo de un hilo.
No hay duda de que será una batalla cuesta arriba. A seis puntos de Manchester United y Newcastle United, ambos con al menos un partido menos, Klopp sigue descartando públicamente la idea de estar en carrera por los cuatro primeros puestos. "No lo veo", dijo tras el partido. Pero algunos jugadores siguen teniendo fe. La semana pasada, Fabinho le dijo a ESPN Brasil que Liverpool todavía puede lograrlo, pero reconoció que no hay margen de error. Puede que se haya quedado corto.
"Quiero que al menos durante unas semanas mostremos nuestra verdadera cara", declaró Klopp a los periodistas en el estadio londinense. "Pasamos de una fea, a una linda, a una fea, a una linda. Lo demostramos durante tres partidos".
Esa ha sido la historia de la temporada de Liverpool. En un año en el que goleó 9-0 a Bournemouth y 7-0 a Manchester United, también sufrió derrotas sorprendentes: un 2-1 en casa ante Leeds United, un 3-1 en Brentford, un 3-0 en Brighton & Hove Albion. Ahora, el equipo de Klopp necesita con urgencia lograr lo que más le ha costado durante toda la temporada: la regularidad. Solía ser la bandera de Liverpool. El año pasado ganó 16 de los últimos 18 partidos de liga que disputó para cerrar la campaña, y sin embargo llegó a este encuentro de fines de abril en la cancha de West Ham sin haber ganado tres partidos seguidos desde noviembre.
Durante los primeros minutos en el estadio londinense, parecía que esa tendencia iba a continuar. A los cinco minutos, Jarrod Bowen, de West Ham, debería haber hecho un mejor trabajo con un centro que le habría permitido a Michail Antonio rematar de cabeza con facilidad, antes de que Lucas Paquetá se abriera paso a través del mediocampo de Liverpool y convirtiera con fuerza a 25 yardas. El temor de Liverpool creció, pero se apaciguó en la otra punta con un penetrante remate bajo de Cody Gakpo desde una distancia similar, que encontró la esquina inferior izquierda e igualó el tanteador. "Qué golazo", dijo Klopp sobre el tanto inicial de Paquetá en el minuto 12, antes de agregar: "Seguimos jugando y también marcamos nuestro golazo".