Ambos actos afectan los hábitos de los pequeños y pueden tener un efecto totalmente contraproducente, llegando a originar trastornos alimenticios u otros problemas graves de salud.
Tips básicos para enseñar buenos hábitos alimenticios
Tus hijas e hijos tienen que consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, cuidar las cantidades ingeridas y comer en horarios específicos para llevar una vida saludable.
A continuación te compartimos algunos tips rutinarios para que en familia promuevan los buenos hábitos alimenticios.
1. Establecer horarios de comidas
Es importante que tus chiquitines tengan un horario específico para desayunar, comer y cenar, así como para tomar refrigerios.
Cabe destacar que igualmente establecer un límite de tiempo para comer es oportuno, para que terminen de comer sin demorar o apresurarse demasiado y así la comida pueda hacer mejor digestión.
2. Comida nutritiva v bocadillos
La comida que proveas a tus hijos e hijas debe estar llena de ingredientes naturales, llenos de fibra y bajos en azúcares, grasas y sales. Además de mucha, mucha agua.
Sobre todo te animamos a que en casa siempre tengas frutas y verduras; puedes aprovechar la variedad en colores y texturas para generar curiosidad y fomentar gustos.
Muchas veces en nombre de la salud prohibimos a nuestros pequeños las golosinas o las usamos como premio. Pero, a su edad, las infancias se la pasan clasificando todo.
De acuerdo con WebMD, si ven un alimento como prohibido probablemente lo desearán más y si lo ven como premio creerán que es mejor que cualquier alimento.
Intenta que no haya distinciones y que a todos les dé el mismo valor pues son parte de su dieta.
3. Conciencia y porciones
Cleveland Clinic dice que, entre más esté involucrado un niño en las decisiones sobre su dieta, tendrá mejores hábitos alimenticios.
Darles opciones a elegir o asignarles tareas pequeñas en la cocina los mantendrá atentos e informados, y además les brindará la sensación de autonomía y empoderamiento.
También es importante incentivarlos a leer las etiquetas nutricionales, revisar en conjunto y hablar acerca de los carbohidratos, azúcares y grasas.
Por otro lado, te recomendamos que se sumerjan en la experiencia. Cada que prueben un alimento juntos pongan atención en las texturas, sabores y sensaciones que les provoca. Promueve una alimentación consciente.
4. “Te lo acabas”
Hemos escuchado esta frase proveniente de nuestras madres y abuelas a la hora de la comida, obligándonos a comer hasta el último bocado.
Lo peligroso de esta práctica es que pone en juego patrones que incentivarán comer en exceso.
Los infantes reconocen cuando ya están satisfechos y respetar su límite cuando ya no tienen hambre, los ayuda a reconocer su saciedad.