El monarca británico y su esposa romperán una tradición de casi 200 años cuando realicen el recorrido entre el Palacio de Buckingham y la Abadía de Westminster.
Una de las estrellas de la coronación de Carlos III, el 6 de mayo, será la impresionante carroza que lo transportará junto con su esposa, la reina consorte Camila, por el centro de Londres, entre el Palacio de Buckingham, la residencia real, y la Abadía de Westminster, donde se realizará la ceremonia.
Pero en esta ocasión las estrellas serán dos porque los reyes utilizarán una carroza para el viaje de ida y otra para el viaje de vuelta.
En una señal de modernidad, Carlos III romperá con la tradición de casi 200 años y no usará el histórico Gold State Coach, que data del siglo XVIII, para llegar hasta el lugar donde será coronado, tal como hizo su madre hace 70 años, y como hicieron todos sus antecesores reales desde 1830.
Solo utilizará esa antigua carroza dorada, que parece salida de un cuento de hadas, para retornar a su residencia londinense junto con la reina consorte una vez que concluya la ceremonia en la Abadía de Westminster.
Para llegar hasta allí, la pareja usará el más nuevo de los carruajes reales: el Diamond Jubilee State Coach, que -como revela su nombre- conmemora el Jubileo de Diamante de Isabel II (cuando cumplió 60 años como monarca, en 2012).
Aunque la casa real no comentó los motivos de este cambio, es probable que tengan algo que ver con algo que confesó la difunta reina en 2018, durante una entrevista con la BBC: que el viaje que hizo en esa carroza para su coronación, en 1953, había sido "horrible".