El proyecto, que fue una de las promesas de campaña de Gabriel Boric, tardó 11 años en ser tramitado en el Congreso y alcanzar su vigencia
SANTIAGO.- El Congreso chileno aprobó este martes una ley que redujo gradualmente la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales y que se espera que sea promulgada por el presidente Gabriel Boric antes del 1 de mayo.
El proyecto, que fue una de las promesas de campaña del mandatario chileno, tardó seis años en ser tramitado en el Congreso y utilizar de otros cinco años para alcanzar su plena vigencia.
La iniciativa fue aprobada por 127 votos a favor, 14 en contra y tres abstenciones. En el Senado, donde había estado estancada por cuatro años, fue acogida por unanimidad hace tres semanas. Los diputados ya votaron en 2019.
La votación del martes en la cámara baja fue para aceptar modificaciones descartadas por los senadores.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, señaló que esta es la segunda vez que Chile redujo su jornada laboral semanal: la primera fue en 2005, cuando se redujeron de 48 a 45 horas. “Sí se pueden hacer cambios para avanzar en derechos de los trabajadores”, declaró tras la votación.
La vocera de gobierno Camila Vallejo, una de las autoras del proyecto, no pudo hilvanar una declaración. “Estoy muy emocionada”, dijo al borde de las lágrimas.
Ana Camayo, una manicurista de 54 años que trabaja en una tienda departamental, declaró a The Associated Press que “la ley es fantástica para más de 30 mujeres que tenemos hijos” en alusión a sus colegas de labor y a las recepcionistas. Agregó que el tiempo libre adicional lo dedicará a su familia.
Chile busca tener trabajadores más descansados y felices
La reactivación de la iniciativa, presentada por diputadas comunistas en 2017, se produjo luego de unas 200 sesiones de mesas técnicas entre trabajadores y empleadores de grandes, medianas y pequeñas empresas y el gobierno.
La diputada opositora Ximena Ossandón dijo al aprobar el proyecto que fue su sector político el que introdujo la flexibilidad laboral a la iniciativa y abogó para que se amplíe a otros sectores, como los funcionarios públicos y las Fuerzas Armadas.
Su par oficialista Emilia Schneider indicó que la normativa busca que “dejemos de vivir para trabajar” y que haya trabajadores “más descansados y felices”, lo que puede influir en una mayor productividad.
La ley se aplicará en forma flexible según las diversas actividades productivas y alcanzará su vigencia total en tres etapas: el primer año la jornada se reducirá de 45 a 44 horas por semana, el tercer año a 42 y el quinto a 40 horas semanales.
Jara dijo que la iniciativa entre en plena vigencia antes de los cinco años previstos y que también se podrá acordar cuatro días de trabajo y tres de descanso, algo que sólo pudieron negociar los empleados sindicalizados.
El gobierno aseveró que la nueva ley también autoriza las bandas horarias de padres y cuidadores de menores de 12 años que podrán anticipar o retrasar en hasta dos horas el ingreso o salida de sus trabajos sin que las remuneraciones se vean afectadas.
Hasta ahora el Código del Trabajo chileno establecía que el límite de la jornada laboral era de 45 horas semanales y que la jornada diaria no debía exceder las 10 horas.