Utilizar el teléfono celular, la tableta o la computadora antes de acostarse a dormir o, peor, hacerlo acostados, está afectando la calidad del sueño de la población, principalmente de los adolescentes y jóvenes, que acostumbran manipular los dispositivos a altas horas de la noche.
La doctora Raquel González, especialista en Neurología, informó que esta exposición a la tecnología cobra factura y provoca estrés, ansiedad, cambios en el estado de ánimo e insomnio, las personas no descansan de manera adecuada y no tienen el mismo rendimiento laboral o escolar; además, puede ser factor para desarrollar diabetes, hipertensión y obesidad, pues se descuida la alimentación y el descanso adecuado. “Se está generando un problema de salud que no se veía antes de la pandemia, recordemos que por el aislamiento social las clases eran virtuales, entonces proliferó la compra de celulares y tabletas, principalmente, pero ahora son usados con exceso y en actividades que no tienen que ver con la educación”.
“Para decirlo claramente: ahora hay un impacto en la salud mental de los adolescentes y los jóvenes, pero también hay adultos mayores que lo convirtieron en un hábito o en un vicio”.