La Finalissima Femenina finalmente fue para Inglaterra. El equipo de la rosa tenía dominadas las acciones ante Brasil, sin embargo, un gol sobre el final por parte de las sudamericanas dio paso al drama en Wembley y mandó todo a la tanda de los penales, donde las locales finalmente sellaron el triunfo 4-2 para consagrarse como las campeonísimas.
Aunque solo se trata de un partido, la Finalissima tiene ese sabor de los grandes duelos. El hecho de enfrentar a las campeonas de América con las campeonas de Europa supone poner sobre el césped a dos grandes gigantes en busca del prestigio, un término no menor a esas alturas.
La catedral de Wembley firmó una entrada digna de las grandes noches, y lleno hasta las lámparas acompañó un partido al que le faltaron goles, pero no emociones. Inglaterra, campeón de la pasada Eurocopa, dio cuenta de un estilo definidísimo, casi como una idea. Las británicas monopolizaron el dominio de la pelota y a partir de entonces buscaron hacer daño. Así llegó el gol que les diera la ventaja, apenas a los 22 minutos, tras una larga jugada que a base de toques fue abriendo los espacios en la zaga brasileña, hasta que Ella Toone encontró posición de disparo dentro del área para marcar el primero. Para el complemento, llegaron los cambios desde el banquillo. Sundhage dio entrada a jugadoras importantes como Andressa Alves y Adriana, entonces las brasileñas fueron otras.