El exmandatario enfrenta 34 cargos y su hija no lo ha acompañado esta vez, pese a la cercanía que siempre han tenido.
Donald Trump no está en su mejor momento. Se convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar una acusación criminal y enfrenta 34 cargos por falsificación de registros mercantiles. Y ha enfrentado esta acusación, y los escándalos relacionados, en soledad.
Trump, de acuerdo con la acusación, conspiró para influir ilegalmente en las elecciones presidenciales de 2016 a través de pagos secretos a dos mujeres, incluida una actriz de cine para adultos, que dijeron haber tenido encuentros sexuales con él. Además, los documentos acusatorios dicen que se pagó a un portero que afirmó tener una historia sobre un niño fuera del matrimonio supuestamente engendrado por Trump.
Trump viajó a Nueva York para enfrentar la acusación. Lo hizo solo. Ni su esposa Melania ni su hija favorita, Ivanka, estuvieron con él.
Si algo puede sentir el exmandatario es la ausencia de su hija, la “niña de sus ojos”. Después de todo, durante su campaña para las elecciones de 2016, Ivanka, más que Melania, ocupó el lugar de “esposa delegada”. Lo acompañó casi a cada evento, entrevista. Siempre estuvo presente y siempre fue la más elogiada por Trump, más que la propia Melania.
La relación ha sido tan polémica que en algún momento Trump, quien suele elogiar la belleza de Ivanka, bromeó, en 2006, en el programa The View, al decir que “Si Ivanka no fuera mi hija, tal vez hubiera salido con ella”. También escandalizó cuando le llamó “pedazo de trasero” en un tuit al que ella le dio like.
Conocida como la “niña de papi”, Ivanka decidió marcar distancia con su padre cuando éste decidió buscar nuevamente la presidencia en 2024. Dijo que lo apoyaría… en privado.
Al darse a conocer la acusación, Ivanka escribió que "amo a mi padre y amo a mi país. Hoy, estoy dolida por los dos”.
Desde que su padre abandonó la Casa Blanca, Ivanka decidió desmarcarse y centrarse en su esposo e hijos. Una sana distancia, a decir de expertos, después de la cercanía que había entre ambos.
Ivanka ya tuvo que declarar como testigo ante el comité del Congreso que investigó el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. También fue investigada por irregularidades financieras del grupo empresarial de la familia Trump.
Esta vez, Ivanka ni siquiera estuvo el día que Trump lanzó su candidatura por la nominación republicana, en noviembre. Tampoco acompañó a su padre a Nueva York, a enfrentar la acusación. Ni en su mensaje posterior, en Mar-a-Lago.
Aun así, Trump no se olvidó de ella y la calificó de “grandiosa”, como al resto de sus hijos. Ni una sola mención a Melania, la otra gran ausente.