Cuando Carlota Madrid se enteró de que el nombre de su hijo, Edin Josué Umaña, estaba en una lista de 13 hondureños muertos en el incendio que ocurrió la noche del lunes en un centro de detención de migrantes en Ciudad Juárez, su corazón quedó destrozado. Ahora, no sabe si su hijo está vivo o muerto, después de que el gobierno de Honduras rectificara y dijera que de los 13, ocho sobrevivieron y a los otros cinco se les busca.
La angustia no deja vivir a doña Carlota, residente de la aldea Nuevo Porvenir. “Yo estoy sola, pensando en todas las cosas de mi hijo”, dijo al diario La Prensa. Tres de los jóvenes afectados por el incendio son de esta misma aldea. Los tres se conocen. Los tres partieron juntos, buscando lograr su sueño de llegar a Estados Unidos y ayudar desde allá a los suyos. Pero a sus familias nadie les ha llamado para avisarles qué pasó. “Ay, Dios Mío, dame una respuesta, Señor, para que se me quite esta angustia”, clama al cielo.
Mientras hablaba, doña Carlota no pudo contener las lágrimas. Se siente impotente y frustrada. La última vez que habló con su hijo fue el sábado pasado. “Mami, me dijo, voy en un bus para Juárez”, explica a La Prensa.
La noticia de la posible muerte de su hijo, de 26 años, le llegó a través de la televisión y desde entonces no descansa. Edin, contó doña Carlota, decidió irse a Estados Unidos porque pensó que todo se le facilitaría al tener allá cuatro hermanos.
“Quería ayudarnos a nosotros… Él se quería ir para Estados Unidos, algún amigo lo convenció”.
En una casa vecina a la de doña Carlota vive don José, padre de Dikson Aarón Córdova Perdomo, de 30 años, quien también figura entre quienes estaban en el centro de detención donde ocurrió el incendio.
Además de la angustia por su hijo, Don José tiene otra preocupación. Dikson dejó a su cuidado a su hija. Ahora no sabe qué decirle cuando pregunta por él.
El sábado, Dikson se comunicó con ellos y les dijo que había sido detenido en un operativo sorpresa, por lo que seguramente sería devuelto a Honduras en cuestión de días. Pero el domingo volvió a llamar y dijo que no, que tenía la esperanza de salir y seguir su camino a Estados Unidos.
Don José se niega a rendirse y anima a la familia. “Tenemos esperanza, solamente Dios. Dios es grande y un milagro puede hacer”, dijo al medio hondureño.
En Colombia también fue identificado ya el colombiano fallecido en el incendio. Se trata de Julián David Villamil Arévalo, de 22 años. Según publicaciones de su novia, él llegó al centro de detención la tarde del lunes, unas horas antes del incendio que acabó con su vida.
Su novia, Valen, buscaba con desesperación información sobre su situación, hasta que por la noche se confirmó que estaba entre los muertos.
Ahora, la familia de Julián pide ayuda para poder trasladarse a México y ver qué fue lo que pasó con su hijo.