Por lo pronto, familias, fundaciones de voluntarios y el Estado están tratando cada caso por separado debido a que no existe un mecanismo único para la repatriación de los menores.
En opinión de Olga Yerokhina, responsable de prensa de la fundación humanitaria “Salvemos a Ucrania”, el problema esencial es la que no hay información sobre el paradero de los niños y agregó, “Rusia tiene la obligación de proporcionar las listas de los menores que retiene. No lo han hecho. En algunos casos, los niños son trasladados a través de Rusia sin que sus familiares sepan dónde están”. Tan solo una mínima parte de ellos han conseguido regresar a su país. Para poder recuperar a cada menor, sus familiares tienen que realizar costosos viajes de varios días, desde Ucrania hasta lugares dispersos por toda Rusia, para lograr recuperar a esos menores. Ante esta situación, “Salvar a Ucrania” ayuda tanto a organizar el transporte, así como a proporcionar asistencia jurídica y además asume el costo del viaje; hasta ahora la organización ha ayudado a recuperar a 61 niños.
En este sentido, un grupo de 17 menores regresó de Rusia con sus familias la semana pasada. Todos ellos fueron trasladados a Rusia desde zonas ocupadas por sus tropas rusas en las regiones de Jarkov y Jersón. Uno de los niños detalló a su llegada a Ucrania al medio de comunicación local “Grunt” que eran golpeados sistemáticamente por expresar posiciones pro-ucranianas, además también recibían amenazas; “los rusos dijeron que nos darían en adopción”, aseguró el menor. Refiere que le decían mentiras expresándole que sus padres “se negaban a que volviera”. Cuando su madre contactó con la directora del campo ruso en donde estaban recluidos, le respondió: “Nno podrá recuperarlos.