David Benavidez no pudo noquear a Caleb Plant en el MGM Grand de Las Vegas, pero logró dar un golpe de autoridad al vencerle de manera unánime, retener el cetro interino de peso supermediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y, de esta manera, acercarse a una oportunidad de enfrentar al mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez.
Los tres jueces del combate puntearon a favor de Benavidez: 115-113, 116-112 y 117-111.
"Quiero reconocer a Caleb Plant. Peleamos como guerreros en el ring, y este tipo es un maldito peleador increíble... Mostré defensa, movimiento de cabeza... y corté el ring muy bien. Lo golpeé con muchos golpes duros", comentó Benavidez después del triunfo. "Yo creo que esta rivalidad nuestra ha sido una de las más grandes de los últimos años".
Ambos peleadores habían llegado al pleito con mucho rencor tras intercambios de ofensas durante la promoción de la pelea que enviaría al ganador a ser el retador de Canelo Álvarez, campeón indiscutible de la división, por mandato del CMB.
Los primeros rounds fueron de leve dominio del estadounidense de 30 años. Se movió por todo el ring obligando a Benavidez a perseguirle. En esa circunstancia sacó ligera ventaja de su rapidez de manos y su jab.
Benavidez lució algo desconcertado, sin encontrar el modo de cortarle el ring a un oponente que se movía, pero marcaba los golpes más limpios mientras danzaba. Y cada vez que Plant se sentía acorralado, no hacía otra cosa que amarrar.
"Kenney Bayless es tremendo réferi, pero hoy ni siquiera le hizo una advertencia por los agarres", subrayó Benavidez. "Tuve que encontrar una manera de evitarlo".
A medida que avanzaban los asaltos, la movilidad de Plant disminuyó y el 'Monstruo Mexicano', como le bautizara Mike Tyson, empezó a acorralar a su presa.
Siendo un blanco bastante estático, problema resuelto. "Yo sabía que iba a tener que perseguirlo por unos rounds. Pero mostré que tengo la paciencia y las armas para contrarrestarlo", dijo el peso supermediano No.2 del ranking divisional de ESPN.
Benavidez empezó a colocar golpes de poder en la anatomía de Plant y ,cada vez que lo requirió, empujaba o sacaba los codos para zafarse de los agarres de un rival que, hay que reconocer, nunca se rindió pese al fuerte castigo.
Los números proporcionados por Compubox muestran que, a partir del sexto asalto, la diferencia entre uno y otro ya se hizo evidente. A esto habría que sumarle que cada uno de los golpes de Benavidez llevaban dinamita.