ERIKA GONZÁLEZ/ REPORTERA
“Vivimos en una sociedad muy violenta en donde menos de un mes se vivió mucha violencia”, fue como inició el sermón el día de ayer el padre Nazario Moreno, donde invitó a los feligreses que establezcan más comunicación con sus hijos y con sus demás seres queridos.
Dijo que lo importante era frecuentar a los semejantes y a pesar de que muchos vivimos entre las sombras de muerte y tinieblas, el cariño hacia los hijos solo corresponde a las familias no a las instituciones educativas ni mucho menos a la iglesia.
“Falta mucho amor, se debe de aplicar en esta sociedad la cual está llena de violencia, nosotros debemos de volvernos curadores de heridas tal como Jesús no lo enseñó, si desde casa fuéramos más amorosos no veríamos esta sociedad llena de violencia”, externó.
“Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea, sería imprudente desafiar los peligros sin un motivo proporcionado. Solamente en la oración discernimos cuándo el silencio o inactividad son síntomas de sabiduría, o de cobardía y falta de fortaleza.
La paciencia, ciencia de la paz, ayuda a decidir con serenidad en los momentos difíciles, si no perdemos la visión sobrenatural”, agregó. Quienes están llamados a ser sal y luz, operadores del bien y de la verdad, no pueden ceder ante el chantaje de la amenaza, que tantas veces no pasará de ser un peligro hipotético o meramente verbal.
Cumplir la voluntad de Dios, ser justos en cualquier ambiente, y seguir el dictamen de la conciencia bien formada exige una fortaleza que hemos de pedir para todos, porque el peligro de la cobardía es grande.