El pasado mes de enero contamos sobre el desprendimiento de un nuevo iceberg en la Antártida, uno realmente grande que tenía unas dimensiones del tamaño de la ciudad de Londres. Ahora tenemos las primeras y espectaculares imágenes de esta plataforma a la “deriva”.
Se da la circunstancia de que ocurrió cerca de una estación de investigación, la del British Antarctic Survey (BAS), la segunda de este tipo en dos años. De hecho, sus investigadores fueron los que explicaron que la formación del nuevo iceberg, en un proceso natural de “desprendimiento”, no se debió al cambio climático que está acelerando la pérdida de hielo marino en el Ártico y partes de la Antártida.
Para que nos hagamos una idea de la plataforma desprendida denominada como A81, se trata de un iceberg de 1.550 kilómetros cuadrados que se desprendió de la plataforma de hielo Brunt, de 150 metros de espesor. LA separación se produjo una década después de que los científicos detectaran por primera vez enormes grietas en la plataforma. Una separación espectacular similar, que involucró a un iceberg de 1.270 kilómetros cuadrados, ocurrió hace aproximadamente un año.
Según ha explicado la investigadora del BAS, Geraint Tarling:
Un iceberg de este tamaño tendrá un gran impacto en los ecosistemas oceánicos que sustentan la rica diversidad de fauna marina que se encuentra en esta región antártica. Estos impactos pueden ser tanto positivos como negativos.
A medida que el iceberg se derrita, liberará una gran cantidad de nutrientes que podrían beneficiar el crecimiento de plantas microscópicas como el fitoplancton en la base de las redes alimenticias oceánicas. El lado negativo es que este mismo derretimiento, a una escala tan grande, arroja gran cantidad de agua dulce al océano, lo que reduce los niveles de salinidad y hace que las aguas no sean aptas para muchos fitoplancton y el zooplancton que se alimenta de ellos.
Estos efectos podrían luego ascender en cascada por el océano a la red alimentaria de peces, pájaros, focas y ballenas.
Como vemos en las imágenes aéreas que acaban de hacerse públicas, se aprecia lo increíblemente grande que es este bloque de hielo, que se asemeja más a una capa interminable de hielo visto desde el aire. Dicho esto, hay que recordar que lo que podemos ver sigue siendo solo una pequeña fracción de la masa del iceberg, ya que la mayor parte de su volumen se extiende cientos de metros hacia las profundidades.
Cuentan los investigadores que A81 ahora está flotando a 150 kilómetros de donde una vez estuvo unido al continente polar. Un hecho que, no solo representa una amenaza para las actividades humanas, sino que los icebergs de este tamaño pueden influir y mucho en la ecología local.