Virginia Bautista fue puntual al hacer su análisis sobre los desafíos del ejercicio periodístico: "Disciplina y creatividad en el trabajo, inteligencia, diálogo y resistencia.
Eso debe nutrir nuestro carácter ante los retos que enfrentamos", afirmó al recibir el Premio Nacional de Periodismo 2023 que el lunes por la noche le fue otorgado de manos del rector de la Universidad Autónoma de Yucatán, Carlos Estrada Pinto, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey).
Ante colegas del gremio y acompañada de las escritoras Carmen Boullosa, Rosa Beltrán, Sara Poot-Herrera y Assia Mohssine, la reportera de Excélsior aseguró en su discurso de recepción del premio: "'Crisi' es una palabra familiar en el ejercicio periodístico, sobre todo, en el periodismo cultural. Pero hay otras palabras con las que hemos cohabitado desde hace varias décadas y que no nos han asustado ni detenido: censura, precariedad, menosprecio, indiferencia."
Sin embargo, dijo, que las dos crisis que más le preocupan y duelen son la ética y la de la calidad de los contenidos, "Hoy en día, no hay tiempo de que los directores retroalimenten. Ya no hay editores que guíen y vigilen, ni equipos de trabajo solidarios ni fuentes leales. O están en serio peligro de extinción".
Pero, fieles a nuestra tradición de comenzar de cero cada vez que sea necesario, aseguró que podemos remontar estas crisis, dando prioridad a los temas propios y nutriendo más el periodismo colaborativo en el campo cultural, como el que ya se da en otras secciones.
La periodista cultural con 37 años de trayectoria, afirmó también que hoy en día, no hay tiempo de que los directores retroalimenten. "Ya no hay editores que guíen y vigilen, ni equipos de trabajo solidarios ni fuentes leales. O están en serio peligro de extinción".
Y eso, aunado a tener que generar información de manera inmediata para distintas plataformas, web, radio, televisión e impreso, conduce a maquilar notas. Ante lo cual el reportaje ya no tiene espacio ni tiempo, y la entrevista no rebasa la frontera de los cuatro mil caracteres, en la mayoría de los casos.
"Las distintas crisis se han recrudecido y acrecentado en el último lustro. El retiro de la publicidad del gobierno federal a la mayoría de los periódicos, los tres años de pandemia y la consolidación de los portales digitales han sido las razones unidas de la tormenta perfecta que motivó la reducción de páginas, de personal y de presupuestos en las secciones culturales", afirmó.
Además, en la Cultura se parte de una premisa equivocada: los propietarios y directores de los medios esperan que aporte la misma publicidad que Espectáculos o Deportes; pero esto nunca pasará, porque la Cultura no da dinero, sino prestigio.
Esto, aunado a las fuentes impersonales que ya no responden ni atienden otro tema que no sea el relacionado a la promoción de su trabajo, llámense empresarios, políticos o creadores, y el ejército de RPs que acosan hasta lograr su objetivo, "han hecho que abandonemos la agenda propia que debe caracterizar a una sección que busca formar ciudadanos curiosos, creativos y críticos".
Llamó a buscar aliados en las asociaciones, instituciones y universidades que valoran la Cultura. "Este es el caso de la UADY y la FILEY, a cuyos representantes agradezco este premio y los invito a que también resistan y mantengan este estímulo vital para el gremio", concluyó la periodista al recibir el Premio que puso punto final al Encuentro Nacional de Periodismo Cultural 2023.