"A mi mamá y a mi papá, que ya no están conmigo, pero sí están conmigo", dijo Guillermo del Toro anoche al recibir el Oscar en Animación por su filme "Pinocho".
Así, siendo el personaje de siempre, creativo, soñador, humano, el mexicano le dio el tono a la noche en el Teatro Dolby de Hollywood, con flashbacks en los que cada asistente recordó a sus propias madres o maestros, lo que desembocó en aplauso generalizado.
"La animación es el cine, la animación no es un género, está lista para ser llevada al siguiente nivel y estamos listos. Por favor ayúdenos a mantener la animación en la conversación", añadió el mexicano. La victoria del jalisciense fue consecuente con lo que la Academia quería para esta ceremonia: no sólo premiar a los actores, sino a los que llamó "artesanos" del cine.