Como su nombre lo dice, el ‘baking makeup‘ se traduce en “maquillaje horneado”, haciendo referencia a la apariencia de los bordes, haciendo referencia a que queda con una textura semiperfecta. Básicamente consiste en aplicar varias capas de producto, esencialmente polvos traslúcidos, con la finalidad de que el rostro y cualquier imperfección que pueda tener, quede perfectamente oculto. Algunas creadoras de contenido lo describen como la textura brillante que hay en piezas de cerámica cuando recién salen del horno, que es precisamente lo que busca lograr el ‘baking makeup‘.
De la mano del contour, el “maquillaje horneado” se concentra en resaltar y disimular zonas específicas. Lo que logra con ayuda de productos de tonos diferentes al de la dermis para poder manipularlos y tener el resultado deseado. Una de las principales promotoras de ambas técnicas es Kim Kardashian, quien llevó a otro nivel el trend del contorno y lo fusionó con el ‘baking makeup‘. Así, su cara no solo se veía perfectamente delineada, sino que la piel relucía por parecer perfecta.