DE AQUÍ…Y DE ALLÁ

POR SILVIA MARTHA VALDEZ

¡DESCANSE EN PAZ!

Cuando somos madres, o al menos la mayoría, no dejamos de imaginar el sufrimiento que nos causaría la pérdida de un hijo.

Quienes lo han perdido, saben el inmenso dolor que eso representa.

Precisamente por ese amargo y desconsolador trance, están pasando el Alcalde de Ciudad Frontera, AMADOR MORENO y su esposo MARÍA ELENA LIÑÁN.

Uno de los tres hijos, del matrimonio MORENO-LIÑÁN, ha emprendido el viaje a la eternidad.

Quienes creemos en Dios, creemos en la verdadera vida después de la muerte.

EDGAR FERNANDO a quien todos conocían como ‘GARO’ ha dejado, con su partida, un profundo vacío y dolor a sus padres, hermanos, familiares y amigos, luego de haber fallecido de manera inesperada el pasado lunes.

Este martes se recibió el cuerpo de ‘GARO’, sin duda uno de los momentos más difíciles para las personas que lo aman, pues cuando pierdes a un ser querido no lo crees hasta que vez su cuerpo inerte en el ataúd.

Muchas muestras de apoyo y solidaridad recibidas por la familia de AMADOR y MALENA, ambos muy estimados en Frontera y en el resto de los municipios de la Región, pues durante muchos años, AMADOR ha estado en la función pública, mientras MALENA también estimada y conocida por su larga trayectoria como Trabajadora Social dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde infinidad de veces le tocó consolar a familiares de pacientes fallecidos.

Nuestra solidaridad y condolencias para el Presidente Municipal de Frontera, AMADOR MORENO y la Primera Dama MARÍA ELENA LIÑÁN, así como a sus otros dos hijos y el resto de los familiares, que Dios conceda una pronta resignación.

AMADO DIOS

"Mi vida está de cabeza, amado Dios. El orden del mundo está fuera de lugar y no puedo hacer nada para que vuelva a ser como era. Oh, Señor, tú sabes el dolor en mi corazón en todo momento, y sabes el por qué: mi hijo ha muerto. ¿Cómo puede ser posible que mi hijo amado se haya ido? El niño al que cuidaba con tal preocupación en cualquier enfermedad, al que sostuve cerca a mi corazón y prometí cuidar toda la vida, no está aquí para cuidarlo.

Me duele profundamente el no haber sido capaz de proteger a este niño que amo con todo mi ser de una muerte que parece tan injusta". "Déjame sentir calma. Déjame respirar profundamente. Quédate conmigo en este dolor profundo y transformador. Yo ahora llevo esta oscuridad conmigo en mi espalda y en mi corazón, siempre.

Es mi carga y mi compañero". "Señor, no hay ni un solo minuto de mi vida en que esta pérdida no esté grabada tan profundamente en mi cerebro y en el corazón, ya sea en medio de un día de trabajo o en esos asfixiantes momentos de dolor en la solitaria oscuridad de la noche.

Déjame ser agradecido por cada minuto que pasamos juntos. Déjame atesorar esos recuerdos y encontrar alegría en ellos. Ayúdame a lidiar mejor con la gente. Ellos no saben qué decir. Tropiezan y miran hacia otro lado cuando me ven. Fingen que no ha pasado nada.

Sé que ellos "no quieren hacerme recordar", pero no entienden que está siempre conmigo, siempre. "Enséñame, Señor. Dime qué es lo que quieres que haga con esto. ¿Qué se supone que debo aprender de este tipo de dolor? ¿Qué me estás llamando a hacer? "Abre mi corazón maltratado y guíame al consuelo y la paz. Sólo tú puedes darme la paz que necesito. Déjame sentir tu presencia en mi vida".

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