El gobierno ha declarado luto nacional por el peor accidente ferroviario que se tenga en la historia de esta nación.
"Todo demuestra que, lamentablemente, el drama se debe a un trágico error humano", dijo el jefe de gobierno en la televisión al día siguiente del peor accidente ferroviario de Grecia. Agregó que este "terrible accidente de tren no tiene precedentes" en el país y que será investigado a fondo.
La colisión ocurrió en la ciudad Lárisa, entre un tren de carga y otro de pasajeros que transportaba al menos 350 personas, de los cuales 38 murieron y 57 más siguen hospitalizadas, seis de ellas en cuidados intensivos, según el último balance de los bomberos.
Cabe subrayar que ambos trenes llevaban "varios kilómetros" circulando por la misma vía sin que se sepa hasta el momento la razón, indicó el portavoz del gobierno Yiannis Oikonomou.
Luto nacional. Grecia ha declarado luto nacional por tres días. El ministro de Transportes, Kostas, Karamanlis renunció poco después del accidente. El jefe de la estación de Lárisa, de 59 años, fue detenido varias horas después del accidente y acusado de homicidio por negligencia pero los sindicalistas ferroviarios afirmaron que fue tomado como chivo expiatorio. Lo anterior debido a la falta de seguridad de la línea ferroviaria que une las dos principales griegas eran conocidas desde hace años.
Vagones pulverizados. El choque de los trenes fue tan fuerte que los vagones delanteros quedaron pulverizados y los dos conductores murieron al instante. Además, la mayoría de los pasajeros eran estudiantes que regresaban de tener un fin de semana largo, según el ministro griego de Salud, Thanos Plevris.
Los sobrevivientes del choque de trenes en Grecia narra su experiencia. Los sobrevivientes quedaron impactados por el accidente que vivieron al colisionar el tren en el que viajaban. "Tuvimos que romper los cristales con las valijas y logramos salir", contó un pasajero a la cadena de televisión Skai. Angelos, un pasajero de 22 años, narró que sintieron el choque "como un gran terremoto". "Afortunadamente, estábamos en el penúltimo vagón y salimos con vida. Hubo un incendio en los primeros coches y se produjo pánico. Vivimos una pesadilla (...) Todavía estoy temblando es algo que no se puede creer", agregó.