El vagón-restaurante del tren de pasajeros, que efectuaba el trayecto entre Atenas y Tesalónica se incendió a raíz de esta colisión cuyo origen todavía se desconoce.
Con vagones pulverizados y calcinados, columnas de humo y equipos de rescate sacando cuerpos de un retorcido convoy, Grecia amaneció el miércoles conmocionada por un accidente ferroviario que dejó al menos 36 víctimas mortales y decenas de heridos.
Tras el choque nocturno de un tren de pasajeros con uno de mercancías, decenas de socorristas y bomberos se arremolinaban en torno a al menos dos vagones parcialmente calcinados, mientras que de otros, volcados, emanaba también espesas humaredas, constató la AFP.
El vagón-restaurante del tren de pasajeros, que efectuaba el trayecto entre Atenas y Tesalónica (la segunda ciudad más grande del país, en el norte), se incendió a raíz de esta colisión cuyo origen todavía se desconoce.
"Nunca he visto nada así en toda mi vida. Es trágico. Cinco horas después, seguimos encontrando cuerpos", relató un socorrista exhausto al salir de la cavidad de donde él y su equipo extraían los cuerpos de los pasajeros.
A otro de los vagones, los rescatistas no podían ni acceder porque, a causa de la violencia de la colisión, quedó casi pulverizado bajo el peso de otro carruaje.
Más allá, decenas de camiones de bomberos y ambulancias estaban apostados junto a la vía férrea, que transcurre junto a una carretera en el valle de Tempe, al norte de la localidad de Lárisa (centro).
Cinco horas después del choque mortal, bomberos y pasajeros seguían conmocionados ante lo que los medios locales describen como la peor tragedia ferroviaria en la historia del país.
El tren de pasajeros transportaba 342 personas y ambos convoyes llevaban "varios kilómetros" circulando por la misma vía por una razón todavía desconocida, indicó el portavoz del gobierno Yiannis Oikonomou.
El portavoz de los bomberos griegos, Vassilis Vathrakogiannis informó que el número de fallecidos aumentó a 36 y precisó que la operación para rescatar pasajeros todavía está en marcha.
Además, "66 personas fueron hospitalizadas, seis de ellas en cuidados intensivos", agregó.
Por la violencia del choque ocurrido sobre la medianoche, las locomotoras y los vagones delanteros quedaron pulverizados y los dos conductores murieron de forma instantánea.
En la cadena de televisión Skai, el gobernador de la región, Kostas Agorastos, se mostró compungido: "Los vagones 1 y 2 ya no existen (...) El número de heridos y muertos puede ser elevado".
Según dijo a la televisión pública ERT el alcalde de Tempe, Yorgos Manolis, numerosos estudiantes se encontraban a bordo del tren y volvían a Tesalónica tras aprovechar un largo fin de semana debido a un día festivo en Grecia.
Equipos de socorro
Alrededor de 150 bomberos, además de 40 ambulancias, fueron movilizados, según los servicios de socorro griegos. También se desplazaron allí grúas y mecánicos para limpiar los escombros y levantar los vagones volcados.
Traumatizados, con el rostro endurecido, los pasajeros explicaban su vivencia ante las cámaras de las televisiones griegas.
"La gente comenzó a destruir los cristales para salir de los vagones, gritaban. Era el pánico total", declaró un superviviente a la cadena Skai.
En la web de información local ThessToday, otro joven aseguró que estaba "todavía en estado de choque". "Escuchábamos a pasajeros gritando, pidiendo ayuda", explicó.
Algunos, enfurecidos, pedían explicaciones a la compañía ferroviaria.
"Tenía la sensación de que algo no iba bien cuando nos detuvimos. Nos habíamos retrasado debido al intenso tráfico en las vías, el conductor nos dijo que nos retrasaríamos unos 15 minutos porque era una vía única", contó un pasajero a la cadena de televisión MEGA.
"Probablemente, deberíamos habernos retrasado más, no se habían planificado correctamente", agregó.
En la estación de Tesalónica se sentía la angustia de las familias que esperaban noticias de sus allegados. Entre ellos, un joven que no sabía cómo se encontraba su pareja.
"Tengo miedo, no tengo ninguna noticia, me espero lo peor", le comentó a un periodista griego.
Un detenido por homicidio
El jefe de la estación de ferrocarriles de la ciudad griega de Larissa, un hombre de 59 años, fue detenido, acusado por delitos de homicidio involuntario tras la colisión de los trenes.
Según la prensa local, el detenido también está acusado de provocación de lesiones corporales de forma involuntaria, así como de interferencia peligrosa en el tráfico de medios de transporte.
El hombre, arrestado hoy por la Policía de Larissa, era el responsable de la gestión de los trenes que circulaban en el tramo en el que se produjo el accidente poco antes de la medianoche del martes, y en su testimonio señaló que dio orden para que el tren cambiara de vía, pero que el sistema no obedeció. Agencias