Estados Unidos había defendido "un sistema electoral independiente", luego de la movilización contra el Plan B del presidente López Obrador, quien reviró que "allá gobierna la oligarquía”
Un día después de que el gobierno estadounidense defendiera “un sistema electoral independiente” como “uno de los pilares de la democracia”, tras las protestas del domingo en apoyo al Instituto Nacional Electoral (INE), el subsecretario del Departamento de Estado para América Latina, Brian Nichols, resaltó la importancia de la relación binacional.
La relación con México es una de “las más importantes y dinámicas”, dijo Nichols durante una charla en la Universidad George Washington, en la capital estadounidense.
Al mismo tiempo, destacó el “profundo compromiso” del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir el tráfico de drogas a territorio estadounidense.
“Hay suficiente fentanilo en Estados Unidos para matar a cada hombre, mujer y niño de nuestro país”, advirtió Nichols ante los estudiantes.
Luego de las protestas del domingo, Nichols dijo en su cuenta de Twitter que Washington “apoya instituciones electorales independientes que tienen recursos para fortalecer los procesos democráticos y el Estado de derecho”.
Señaló también que “en México hoy vemos un gran debate sobre reformas electorales que ponen a prueba la independencia de instituciones electorales y judiciales”.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, dijo durante una rueda de prensa que su país “respeta la soberanía de México”, pero que “un sistema electoral independiente (...) constituye uno de los pilares de la democracia”. En un comunicado posterior, ratificó esta idea.
La reacción no sentó bien al presidente López Obrador, quien en su conferencia de este martes acusó a Estados Unidos de “inmiscuirse en asuntos que no les corresponden”.
El mexicano aseguró que “hay más democracia en México que en Estados Unidos (...). Es porque aquí gobierna el pueblo, allá la oligarquía”.
“En vez de estarse metiendo, actuando de manera injerencista en nuestros asuntos, si quieren seguir con la misma política, pues que se ocupen de lo que está pasando en Perú”, sostuvo el presidente, al denunciar el apoyo de Washington a “los golpistas que pisotearon las libertades y la democracia en ese país”.
En específico, mencionó a la embajadora de Estados Unidos en Perú, Lisa Kenna. Washington negó la acusación.