'Si hay un Dios le pido que me ayude a llegar a Estados Unidos'

Visiblemente afectado, Raúl señala que las amenazas que comenzó a recibir fueron a raíz de que rechazo “una oportunidad” de mejorar su vida y la de su familia

Proveniente de uno de los departamentos de Guatemala, conocido como Escuintla, el señor Raúl V. actualmente se encuentra en esta zona fronteriza esperando el momento de poder intentar cruzar hacia Estados Unidos, pues tiene el objetivo de poder llegar a San Antonio, Texas donde familiares lo esperan para poder ayudarle a establecerse y con ello iniciar el tan anhelado sueño americano.

Raúl, quien recientemente cumplió los 35 años, nos comenta que la decisión más difícil que ha tomado ha sido la de tener que dejar a su familia atrás, su esposa María Eugenia y sus dos pequeños de 3 y 5 años, a los cuales tuvo que trasladar a otro distrito para evitar que corrieran algún tipo de peligro, que es precisamente de lo que el tuvo que escapar, pues desde el 2020 había sido constantemente perseguido por un grupo de pandillas que buscaban reclutarlo, lo cual hasta hace unos meses pudo rechazar pero las amenazas aumentaron y por ello fue que desde agosto del año pasado decidió emprender el viaje para salvar a su familia y buscar una nueva forma de sobrevivir.

“Tomar la decisión no fue fácil, luego piensas que si estando los dos juntos es difícil sacar adelante a los hijos, como le va a hacer una persona para hacerlo sola, aunque mi esposa es muy fuerte pero decidimos mejor vender lo poco que teníamos, lo dividimos y pude llevarla a un lugar seguro mientras que busco la forma de poder traerlos para acá, yo traje solo una parte pero he estado sobreviviendo gracias a que busco trabajos pequeños, no me gusta estar pidiendo dinero en las calles, estoy fuerte pero ellos me mantienen así, por ellos tengo que sobrevivir, de lo poquito que saco le mando una parte a ella y yo me quedo con el resto, hay días en los que como solo una vez a veces dos, pero cuando estas en una situación así te vas acostumbrando, no es tan difícil cuando tienes un motivo para hacerlo, los hijos son un motivo, muchos no lo ven así pero te juro que la mayoría si, y de verdad no quiero el mismo destino para ellos, allá tenemos pocas opciones, el que no quiere batallar se une a las pandillas aunque ponga en riesgo a la familia, pero para mi no fue una opción, si no fue para mí no lo será para ellos, porque por eso estoy acá, por eso mis padres me enseñaron a trabajar y como no hacerlo ahora si tengo esa responsabilidad”.

Visiblemente afectado, Raúl señala que las amenazas que comenzó a recibir fueron a raíz de que rechazo “una oportunidad” de mejorar su vida y la de su familia, lo que en algún momento llego a contemplar pues fue justo cuando comenzó lo de la pandemia que el perdió su trabajo, donde ya tenía más de 8 años trabajando y que le toco ser parte de los despidos debido a la crisis que en su momento provoco esta enfermedad logrando solventarse con lo que le dieron cerca de 4 meses sin complicaciones pero al ver que poco a poco se iba reduciendo la cantidad fue que empezó a buscar distintas formas de sobrevivir, resaltando que el tiene una carrera en ingeniería la cual en ese instante no le sirvió de mucho pues no había oportunidades de trabajo, decidiendo buscar otras opciones como lo fue trabajar de vigilante en una empresa, que fue precisamente lo que ocasiono que empezara ese viacrucis de ser perseguido por pandillas.

“Desde que salí de Escuintla sé que me han seguido la pista pues el teléfono que traigo, que no puedo deshacerme de él tan fácil porque eso es un gasto, he recibido llamadas diciendo que saben dónde estoy, la última fue hace dos semanas, según me tenían ubicado pero ya no sé qué pensar, no soy alguien importante como para ser perseguido así además que nunca trabaje con ellos ni tuve alguna relación y fue por eso que pude irme porque si hubiera sido lo contrario ni siquiera hubiera podido salir entero de ahí, pero viajar acá tampoco ha sido fácil pues aquí en México también me han buscado y a los otros también, en Oaxaca nos juntamos un grupo de 8, todos con el mismo objetivo y la misma necesidad, buscar trabajo y mandar dinero a la familia, de ellos solo quedamos 5, los otros 3, que eran más jóvenes decidieron que si querían unirse al grupo, les deslumbro el dinero pero sabemos cómo termina todo, así que mejor nos fuimos, eso fue en Ciudad de México, y logramos avanzar bastante sin que nos detuvieran, siento que hemos tenido mucha suerte, pues los oficiales nos han echado la mano también y la gente, nosotros llegamos a un lugar y rápido decimos que hay que buscar trabajo y la gente nota quienes si quieren trabajar y quienes solo quieren andar pidiendo dinero por eso creo que no la hemos visto difícil pero no se cuánto dure esto, en mi caso tengo planeado intentar cruzar el domingo, quiero tener esa suerte de poder llegar donde están mis tíos y traerme a mis niños y a mi señora, si hay un Dios le pido que me ayude a lograrlo pues solo quiero estar bien con ellos, quiero que estemos a salvo”.

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