A Joaquín Murrieta lo apodan el "Robin Hood mexicano" porque después de haber sido víctima de injusticias por parte de los norteamericanos en la época de 1850, comenzó a matar y robar oro que después le entregaba a los pobres.
Murrieta se convirtió en el forajido más buscado en California después de que este territorio le fue arrebatado a los mexicanos que vivían en esas tierras, pero su historia ha sido poco contada por la insuficiente te cantidad de información que se ha encontrado al respecto, por esta razón el creador Diego Ramírez Schrempp decidió llevarlo a una serie protagonizada por Juan Manuel Bernal, quien por la esencia de la historia peleó por este personaje como no lo ha hecho por otros.
“Esta es una combinación de la intuición y el conocimiento que me dieron los guiones a lo largo de 38 años de carrera y también del amor a mi patria, a México y de querer contar una historia que está por ahí escondida; me gustan contar las historias que a veces escondemos abajo de la alfombra; que no siempre se habla de eso y esta historia de Joaquín Murrieta no no está todavía muy clara en el común denominador del mexicano, por eso me la jugué”, explica Bernal en entrevista.
Los ocho capítulos de “La cabeza de Joaquín Murrieta”, están disponibles en Amazon Prime Video y el elenco lo conforman tanto actores mexicanos como estadounidenses, entre los que se encuentran Alejandro Speitzer, Yoshira Escárrega, Michael Wilson Morgan, Steve Wilcox y Emiliano Zurita.
Speitzer, da vida a Carrillo, uno de los habitantes de California que es despojado de sus tierras y violentado por los militares junto a su esposa. Algo que considera un retrato de las injusticias a las que nuestros antepasados fueron sometidos y un ejemplo de resiliencia.
“Carrillo y todos estos personajes representan lo que el mexicano es hasta el día de hoy: el mexicano es un hombre o es una mujer dispuestos a luchar por su dignidad y estos personajes están dispuestos a luchar contra lo que sea con tal de respetar su dignidad y su identidad. Este tipo de personajes y de historias me parecen muy necesarias e inspiradoras para todos los que salen todos los días tanto en México como en Estados Unidos a buscarse la vida pese a todo el despojo que hemos vivido durante durante tantos años”, señala Speitzer.
Mientras que el encargado de interpretar al comandante Harry Love, quien fue el primer jefe de ley en los California Rangers y supuesto asesino de Murrieta, es encarnado por Steve Wilcox, quien buscó plasmar las motivaciones del otro bando.
“Yo soy mitad latino y mitad gringo entonces para mí fue muy interesante porque yo siempre he vivido las dos culturas y he sentido los dos lados, este es un personaje que es el Villano pero yo también luché para conseguirle una humanidad, para hacerlo real, el reto fue justificar a mi propia manera porque esta persona hace las cosas que él hacía”, detalla Wilcox.
Lo mismo le sucedió a Emiliano Zurita, quien como mexicano que tuvo que interpretar a un estadounidense no se sintió identificado por la maldad que representaba.
“Casey era abismalmente diferente a mí, es un ranger americano que por falta en verdad de educación y entendimiento del contexto se convierte en una muy mala persona pero él no lo ve así y siempre se justifica”, expresa Zurita.
Con fortaleza femenina
A la par de Joaquín Murrieta una valiente mujer se enfrenta como justiciera a los peligros: Adela Chang, quien es interpretada por la actriz de origen chino Becky Zhu Wu, quien puso en práctica sus habilidades en artes marciales para dar realismo a sus ataques.
“Cuando estaba chica siempre quise ser alguien fuerte, poderosa y cuando leí el personaje dije ‘es justo lo que yo quiero ser: una mujer tan poderosa’, porque Adela peleaba con dagas, arcos y puños, iba a caballo, pero en el fondo es una niña con carácter fuerte”, resalta Zhu Wu.
El rodaje se llevó a cabo mayoritariamente en el desierto, por lo que el elenco tuvo que someterse a largas horas bajo el sol, pero para muchos de ellos, como Yoshira Escárrega quien interpreta a una guerrera, este fue un esfuerzo necesario para recrear las condiciones de los mexicanos en una época en la que el territorio era el protagonista de una lucha.
“Para mí fue una oportunidad de reencontrarme con mi identidad con la belleza que tenemos como país, como personas, con la tierra; fue un reencontrar con quiénes somos nosotros y a mí me gustaría mandar el mensaje de creo que es es importante que volteemos una vez más a vernos y explorar en nuestro origen”, señala Yoshira.