Isabel Madow fue un icono cuando comenzó su carrera en el programa de Brozo y, por supuesto, en su inolvidable participación en “La familia Peluche”, sin embargo, con el paso del tiempo y con el complicado embarazo que atravesó, la conductora perdió la figura con la que la conocimos, lo que provocó no sólo que perdiera las oportunidades de trabajo, sino que se convirtió en el blanco de las miradas por lo que sufrió de bullying en los últimos años, al grado de ser llamada “puerco”.
La conductora concedió una entrevista a una revista de circulación nacional para contar cómo ha transcurrido su vida desde hace seis años, cuando Giorgio, su único hijo, llegó a su vida, cambiándole por completo la perspectiva, pues para ella lo más importante es procurar y salvaguardar la crianza de su unigénito, debido a que, desde su nacimiento, el 12 de diciembre de 2016, sus prioridades cambiaron por completo.
De hecho, Madow estima que nació para ser madre, pues aseguró que, pese a que su embarazo fue de alto riesgo, pues en las últimas semanas de gestación padeció de preeclampsia y por lo que el parto tuvo que adelantarse más de quince días, para ella ha sido muy sencillo el cuidado de su pequeño, con todo y con que es madre soltera, a tal grado que la conductora confesó que no ha tenido pareja ni citas desde que tuvo a Giorgio, pues ha tenido el deseo de enfocarse completamente en él.
Otras de sus confesiones fue que no ha querido apostar por un proyecto que absorba excesivamente su tiempo, debido a que es consciente de que los primeros siete u ocho años de vida de un niño son claves para su desarrollo psicológico a lo largo de toda su vida, motivo por el cual se ha concentrado en generar ganancias en su portal de contenido íntimo pues, de esa forma, puede estar en casa y a lado de su pequeño.
La maternidad -consideró- la cambió por completo, pues ahora sabe reconocer que el trabajo no lo es todo, pues fue de hecho poco antes de que su hijo naciera, que Isabel seguía trabajando; con ocho meses de embarazo todavía acudía al matutino donde era conductora, sin embargo, una mañana, cuando se dirigía a las instalaciones donde se llevaba a cabo el programa de revista, el taxi en el que se trasladaba chocó, por lo que se dio cuenta que era momento de parar.
Pero así como el embarazo le trajo la más grande de las alegrías, también se convirtió en una de las etapas más complicadas de su vida, pues atravesó muchas dificultades para embarazarse, ya que una década antes fue sometida a diversas cirugías para extirparle ocho quistes hemorrágicos que, al paso de los años, dificultaron la posibilidad que pudiera concebir.
Esa es la misma causa por la que aseguró que ya no tendría otro hijo, pues podría poner en riesgo su vida e indicó que, por ningún motivo, podría dejar desamparado a Giorgio que depende totalmente de ella.
Uno de los efectos colaterales que trajo consigo el embarazo -relató a la revista- fue la forma irregular en que comenzaron a trabajar sus hormonas, pues llegó a subir 30 kilos, y no precisamente porque descuidara la dieta balanceada que por años sostuvo, sino porque así reaccionó su cuerpo.
Madow asegura que tener sobrepeso no se convirtió en un complejo para ella, ya que eso significaba que podría tener al hijo que siempre había anhelado, si no que fue el bullying en las redes lo que se volvió en una carga.
Pero no sólo es hostigamiento de comentarios dolosos, pues Isabel recuerda que por su aspecto físico llegaron a llamarla “puerco” y “cerdo”, sino que las oportunidades de trabajo se acabaron por completo, situación que no fue sencilla para ella, ya que es la única persona que provee a su hijo, por lo que tuvieron que pasar cuatro años para que recuperara su peso habitual, pues asegura que le costó mucho trabajo bajar de peso.
Ahora, en retrospectiva, Isabel está en búsqueda de solidarizarse con otras mujeres que, así como ella, luchan con su peso, para ayudarlas con consejos para sostener mejores hábitos pero, sobre todo, para incluir mayor confianza en sí mismas, pues para ella lo importante no es estar delgada o no estarlo, así como ser bonita o no ser considerada bonita, sino trabajar en el amor propio.