Durante cuatro años, cual novela de espionaje, Elías Barahona jugó para dos bandos: fue jefe de prensa del ministro del interior guatemalteco, pero toda la información que le llegaba, lo canalizaba a sus compañeros guerrilleros.
Así estuvo entre 1976 y 1980, una de las épocas de mayor represión estatal que pueda recordarse en el país centroamericano. Su silencio y discreción, fueron pieza clave para pasar desapercibido por las esferas del poder.
En 2014 solicitó ser grabado durante el juicio al testificar sobre un incendio en la Embajada de España en 1980, donde se encontraban estudiantes y campesinos guatemaltecos, que murieron por órdenes del gobierno guatemalteco.
“Lo prometo”, dijo ante el tribunal que le pidió decir toda la verdad.
Con este testimonio inicia "El silencio del topo", largometraje documental dirigido por Anaïs Taracena y que forma parte de la cartelera de la Cineteca Nacional.
“Es un pasado que todavía duele y al que se quiere pasar la página, pero sigue ahí”, comenta la cineasta sobre el contenido del filme.
Anaïs es de ese país donde pocas veces se habla de la violencia gubernamental en la ciudad, lo cual es el eje de su película.
“Elías quería hacer pública su historia, siempre lo tuvo claro, siempre se mantuvo con sus mismas posturas y creencias. Lo fui a ver varias veces, platicábamos y me permitía sacar cosas”, recuerda.
“Aunque yo conocía la historia de Guatemala y vengo de una familia politizada, no tenía conciencia de la repercusión política que es muy fuerte, me imaginaba las cosas con sus testimonios”, agrega.
Semanas después de estar en el juzgado, Barahona falleció por enfermedad. Hasta entonces Anaïs no había pensado en hacer una película sobre él. Había filmado algunas cosas con él en su casa, pero hasta ahí.
Pero a partir de ahí, fueron seis años de proceso para concretar "El silencio del topo".. De visitas a la hemeroteca, de buscar fotos y videos. Y lo mejor, ir encuadrando lo que deseaba contar, que no fue fácil.
“Asumí que esta era una película de verdades subjetivas, eso era más honesto para mi, y eso me puso en posición para hacerla”, indica.
En la edición contó con la colaboración del mexicano Pedro García. Y entre ambos realizaron una pieza conmovedora, que ha permitido abrir la perspectiva de público de todas edades.
“La han visto estudiantes, gente de 14 años, que de vez en cuando volvían a verla o regresaban con sus padres. Muchos no sabían que eso había pasado en el país”, concluye.
"El silencio del topo" ha sido acreedor a galardones como el de Mejor Cocumental en la categoría Nuestra América” en DocsMX 2021; la Biznaga de Plata en el Festival de Cine de Málaga; el Audience Award en el Majordocs en España y el de Mejor Ópera Prima en Atlantidoc en Uruguay.