Un estudio realizado indica que el 88,4% de las mujeres padece este trastorno de salud mental.
Un psicólogo explica que la ansiedad es como una “bola de nieve que rápidamente, sin esperarlo, se convierte en una avalancha: si no la enfrentas cuando es pequeña, se te llevará por delante". Es decir, es de vital importancia poner medidas para controlar nuestra ansiedad tan pronto como aparezcan los primeros síntomas en nuestro cuerpo y, así, evitar que se convierta en una bola enorme
Según un estudio sobre salud mental publicado las mujeres somos más propensas a padecer enfermedades mentales, en concreto, los trastornos por ansiedad son el problema de salud mental más frecuente, con una gran prevalencia entre las mujeres con un 88,4% (frente al 45,2% de los hombres).
Somos conscientes de que ningún problema de salud mental tiene una solución rápida y fácil. Además, siempre se debe buscar ayuda en profesionales de la salud que, tras un diagnóstico, sean los que nos ayuden a tomar las medidas adecuadas.
Como complemento a la atención profesional, existen ciertos hábitos que se pueden poner en práctica en casa, pequeños consejos y trucos que pueden ser útiles y ayudar en el día a día, caso de apuro, tal y como asegura el Psicólogo.
- Mantras contra la ansiedad
- "No soy mis pensamientos"
Una de las situaciones más comunes es la de tener una preocupación que se vuelve abrumadora porque, de tanto decírtela, te la acabas creyendo.
- "Menos pero mejor"
Uno de los mayores desencadenantes de la preocupación crónica (y de toda la ansiedad que produce) es sentirnos abrumadas. Por ejemplo, cuando tenemos tantas tareas pendientes que ni siquiera sabes por dónde empezar.
- "En la dulzura está la fuerza"
Para muchas personas, la preocupación y la autocrítica van de la mano. En estos casos, la reacción inmediata ante cualquier situación siempre termina con una dura crítica contra ti mismo y, esto, significa arrancar el proceso de la preocupación y con ella el de castigarte a ti mismo.
- "Que te haga sentir mal no significa que sea malo"
El centro del miedo del cerebro está diseñado para mantenernos a salvo de los peligros, sirve como un sistema de alarma para el cuerpo. Pero, como cualquier alarma, nuestro cerebro puede experimentar falsas alarmas, situaciones en las que cree que algo es peligroso cuando no lo es, dando como resultado un proceso de ansiedad y preocupaciones innecesarias.
- "Céntrate en la persona, no en el problema"
En la mayoría de los casos, nuestras preocupaciones y nuestra ansiedad están relacionadas con otras personas y nuestras relaciones con ellas. No hay nada que desencadene de manera más rápida nuestra preocupación que un conflicto interpersonal.