Pese al excelente juego que dieron los del Chelsea, el Fulham los contuvo y saca valioso empate.
El buen debut de Enzo Fernández, el sexto fichaje más caro de la historia, no le alcanzó al Chelsea, que no pasó del 0-0 ante Fulham en un derbi londinense disputado en Stamford Bridge y cada vez está más lejos de los puestos de UEFA Champions League.
Pese a la millonaria inversión en el mes de enero (330M de euros), el Chelsea echó de menos lo que todo apuntaba que iba a echar de menos: un '9'. El equipo volvió a adolecer de la presencia arriba de un Kai Havertz que falló dos ocasiones cantadas, una sin arquero y otra en el mano a mano, que condenó al empate a un equipo que está a nueve puntos de los puestos de Champions con un partido más.
Nada. Ni la llegada de Enzo, que a 48 horas de haber llegado -y tras tan solo un entrenamiento- realizó un gran partido y estuvo cerca de marcar un golazo en la recta final de encuentro, espoleó a un equipo que tenía a su dueño, el multimillonario Todd Boehly, inquieto en la grada, como esperando que el torrente de dinero desparramado por Europa fuera la solución al problema.
El exjugador de Benfica ocupó una posición de contención, pero cada vez que rompió líneas con pases o se mostró como opción hizo diferencias en el juego. Bien marcado durante los 90 minutos por Andreas Pereira y João Palhinha, el argentino tuvo una de las situaciones más claras del juego cuando tomó un rebote afuera del área y casi vence la resistencia de Bernd Leno.
Pero este Chelsea no tiene gol. Lo demostró Havertz, que apenas lleva seis tantos esta temporada, con dos opciones marradas que desesperaron a la parroquia Blue. La primera, nacida de un pase en profundidad de Enzo que durmió Mount.
El inglés, en carrera dentro del área, sirvió un pase horizontal para que Havertz, sin oposición, pero algo incómodo, tirara la pelota arriba.
Un fallo feo, pero perdonable dada la dificultad. Nada que ver con el segundo error. Mano a mano contra Leno, tras pase sublime de Hakim Ziyech, y con todo el tiempo del mundo. Dejó picar varias veces la pelota y eligió la peor opción: una vaselina que se estrelló en el palo. El sueño de debutar con gol se esfumó cuando Ream le sacó el remate bajo los palos. Esa jugada merecía un final mejor.