Un grupo de astrónomos ha conseguido por primera vez medir directamente la masa de una solitaria enana blanca usando el Telescopio Espacial Hubble. La enana blanca, el antiguo núcleo remanente de una estrella, ha sido bautizada como LAWD 37 y acabó con todo su combustible nuclear hace unos mil millones de años.
Haciendo uso del telescopio Hubble, un equipo de astrónomos observó cómo la luz de una estrella que había al fondo se curvaba cuando la enana blanca pasaba frente a ella. En función de la cantidad de luz que había sido curvada, los investigadores pudieron determinar la masa de la enana blanca. Sus resultados han sido publicados ahora en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Kailash Sahu, coautor del nuevo artículo, midió previamente la masa de una enana blanca de un remanente estelar en un sistema binario. “Nuestra última observación proporciona un nuevo punto de referencia porque LAWD 37 está completamente sola ”, dijo Sahu en un comunicado de la Agencia Espacial Europea.
Aunque LAWD 37 ya no está experimentando una fusión nuclear, la superficie de la estrella aún se encuentra a una temperatura de 100.000 grados. Esta enana blanca, ubicada a unos 15 años luz de la Tierra, ahora tiene aproximadamente el 56% de la masa de nuestro Sol.
El método utilizado para determinar la masa de la enana blanca, una microlente gravitacional, es una versión a pequeña escala de lo que hace una lente gravitacional, donde un objeto masivo deforma el espacio de tal manera que la luz detrás de él se curva alrededor del objeto, permitiéndonos ver cosas que de otro modo estarían ocultas. El efecto de lente también magnifica la luz, por lo que podemos detectar cosas que de otro modo serían demasiado débiles para que las viésemos.
Para poder medir la masa de LAWD 37, el equipo tuvo que esperar a que la enana pasara frente a la estrella que se encontraba al fondo, un evento que pudieron predecir gracias a los datos de la misión Gaia de la ESA. Más tarde, los investigadores diseccionaron cuidadosamente la luz de la estrella lejana y del abrumador resplandor de LAWD 37, que se encontraba a menos distancia.
“El tamaño de nuestro análisis es como si midiésemos la longitud de un automóvil en la Luna visto desde la Tierra”, dijo Peter McGill, astrónomo de la Universidad de Santa Cruz y autor principal del artículo, en un comunicado de la ESA. “El resplandor de la enana blanca puede causar rayas en direcciones impredecibles, lo que significa que tuvimos que analizar cada una de las observaciones del Hubble con mucho cuidado y sus limitaciones para modelar el evento y estimar la masa de LAWD 37".
Con esta información, los astrónomos podrán probar la relación entre la masa y el radio de otras enanas blancas, revelando a su vez más información sobre cómo funciona la materia en condiciones gravitacionales tan extremas.
En unos 5000 millones de años, nuestro Sol también se convertirá en una enana blanca. Cuando se quede sin combustible para su fusión nuclear, el Sol pasará por su propia secuencia mortal, dejando una brillante nebulosa a su paso.
El Telescopio Espacial Webb (el sucesor del Hubble) podrá realizar observaciones de enanas blancas con el mismo método: utilizando microlentes gravitacionales. De hecho, el Webb ya lo ha hecho. El telescopio ya hizo algunas observaciones de LAWD 66 (otra enana blanca) en 2022, y tiene planeado hacer más para 2024.