"No se necesita dinero para ayudar, lo más valioso es el querer hacerlo".
Contando con ya diez años de realizar la noble tarea de apoyar a las comunidades vulnerables, Brenda Martínez ahora es representante de las ONGs en Coahuila, donde ha venido trabajando a favor de las personas que tienen una mayor necesidad y vulnerabilidad, así como también a instituciones de salud y educación públicas.
¿Cómo nace su necesidad de querer ayudar a las personas?
"Siempre he dicho que el servir a la comunidad debe ser nato, siempre lo menciono, vengo de dos mujeres que toda su vida dieron un gran servicio a la comunidad, por lo que por mi parte es de esencia, de corazón, así como lo dice el nombre de mi organización "Mi Pasión es Ayudar " eso es para mí, pues es el ejemplo que viví desde pequeña y siempre he dicho que cuando quieres enseñar algo a un niño no hay nada mejor que el ejemplo, no solo hacerlo con palabras, sino que ellos vean que realmente se hace, y fue lo que yo vi, tanto de mi abuela como de mi mamá, su servicio a la comunidad".
Seguir ese gran ejemplo, ¿Le ha ayudado a fomentar esta labor en otras personas?
"Así es, yo creo que esa es la diferencia que debemos hacer, el poder sensibilizar a la gente, que puedan acercarse también a ayudar, que se involucren, tanto la sociedad civil como las instituciones de salud, de educación pública y también la iniciativa privada, que todos nos unamos bajo un mismo objetivo, que es el de buscar el bienestar de nuestra comunidad y con ello se puede hacer mucho".
¿También trabajas con estudiantes de Universidad para llevar el mensaje?
"Sí, hemos estado trabajando con estudiantes en universidades, que si bien es muy importante que sean profesionales en lo que están estudiando, pero que también, sean profesionistas sensibles, que dentro de su trinchera puedan tener esa sensibilidad de tender una mano amiga a las personas que realmente lo requieren".
¿Ese vendría siendo el principal objetivo de tu trabajo?
"Sí, mira, hemos trabajado en diferentes instituciones como ya te mencionaba, de salud, educación, la iniciativa privada y en la comunidad en general, con ese objetivo, que el poder ayudar se vuelva algo importante, desde donde estemos, no precisamente tienes que estar cien por ciento dedicado al servicio, pero sí llevarlo a cabo desde nuestro lugar".
¿Considera que se ha perdido la empatía por ayudar a otros?
"Definitivamente, considero que si se ha perdido, a lo mejor parte sé esto, pues son muchas cuestiones, hemos pasado dificultades como la pandemia, y quizás no hubo tanta sensibilización o lo que se esperaba, pero si siento que falta mucha difusión y en parte también podría ser que influye la tecnología, pues ahorita vemos a los adolescentes y jóvenes sumergidos en ella, donde hay otro tipo de información y eso también hace que se pierda la empatía por los demás, por ayudarlos e involucrarse en algunas situaciones en las que bien pudieran ser de gran ayuda".
¿Qué ha representado para ti estar al frente de organizaciones de ayuda?
"La verdad son unas grandes puertas las que se abrieron, donde se me dio una gran confianza gracias al trabajo que he venido haciendo y que espero siga continuando, pues no hay nada mejor que poder brindar esa ayuda a quienes más necesitan y poder tener esa satisfacción de que hice algo por los demás, esa es mi recompensa".
¿Qué mensaje le brinda a la ciudadanía para que se anime a abrir su corazón y busque esta sensibilización hacia los demás?
"Mi mensaje sería que hagamos la diferencia, el poder cambiar ese chip en las nuevas generaciones, que las personas que tengan la posibilidad de ayudar, que tengan la satisfacción de poner ese granito de arena, lo hagan, pues la recompensa viene diferente, siempre lo he dicho, no se necesita dinero para hacerlo, lo más valioso es el tiempo y querer hacerlo, pues cuando se quiere se puede entonces el poder hacer el cambio está en nuestras manos y si se te presenta una situación donde puedas extender tu mano y ayudar, no lo dejes de hacer".
Donar tu tiempo puede ser el primer paso para ayudar a los niños del mundo. Apadrinar un niño es una manera continua de ayudar que permite a los donantes ofrecer ayuda específica para mejorar las condiciones de vida de los niños más desfavorecidas y en circunstancias de pobreza o con una situación vulnerable.