Estados Unidos gasta más en atención médica que cualquier otro país de altos ingresos, pero tiene la esperanza de vida al nacer más baja y la tasa más alta de personas con múltiples enfermedades crónicas, según un nuevo informe de The Commonwealth Fund, un grupo de investigación independiente.
El informe, publicado este martes, también dice que, en comparación con otros países, EE.UU. tiene la tasa más alta de muertes por causas evitables o tratables y la tasa más alta de muertes maternas e infantiles.
"Los estadounidenses viven vidas más cortas y menos saludables porque nuestro sistema de salud no está funcionando como debería"
Dijo en un comunicado la autora principal del informe, Munira Gunja, investigadora principal del Programa Internacional de Innovación en Políticas y Prácticas de Salud de The Commonwealth Fund. “Para ponerse al nivel de otros países de altos ingresos, el Gobierno y el Congreso tendrían que ampliar el acceso a la atención médica, actuar agresivamente para controlar los costos e invertir en equidad en materia de salud y servicios sociales que sabemos que pueden conducir a una población más saludable”.
Los estadounidenses consultan a los médicos con menos frecuencia de lo que se hace en la mayoría de los demás países, lo que probablemente esté relacionado con que EE.UU. tienen una cantidad de médicos en ejercicio por debajo del promedio, según el informe, y además, es el único país entre los estudiados que no posee cobertura universal de salud. Solo en 2021, el 8,6% de la población de EE.UU. no tenía seguro médico.
“Estados Unidos no solo es el único país que estudiamos que no posee una cobertura de salud universal, sino que su sistema de salud parece diseñado para disuadir a las personas de usar los servicios”, escribieron en el informe los investigadores del Commonwealth Fund, con sede en Nueva York. “La asequibilidad sigue siendo la razón principal por la que algunos estadounidenses no se inscriben en la cobertura de salud, mientras que los altos costos de bolsillo hacen que casi la mitad de los adultos en edad laboral dejen de recibir la atención necesaria o la demoren”.
Un valor atípico en relación al gasto y los resultados
Los investigadores analizaron estadísticas de salud de fuentes internacionales, incluida la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que rastrea e informa sobre los datos de los sistemas de salud en 38 países de altos ingresos. Los datos fueron recopilados en diciembre.
Los investigadores examinaron a Estados Unidos en comparación con Australia, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, Suecia, Suiza y Reino Unido. También compararon a EE.UU. con el promedio de la OCDE para 38 países de altos ingresos.
Los datos mostraron que solo en 2021, EE.UU. gastó casi el doble que el promedio de la OCDE en atención médica, y el gasto en salud en EE.UU. fue de tres a cuatro veces mayor que el de Corea del Sur, Nueva Zelanda y Japón.
A nivel mundial, el gasto en atención médica ha aumentado desde la década de 1980, según el informe, impulsado principalmente por los avances en las tecnologías médicas, el aumento de los costos de la atención médica y una mayor demanda de servicios.
EE.UU. tiene la tasa más alta de personas con múltiples afecciones de salud crónicas, según mostraron los datos, y la tasa de obesidad más alta de los países estudiados.
La esperanza de vida al nacer en EE.UU. en 2020 era de 77 años, tres años menos que el promedio de la OCDE, y los primeros datos sugieren que la esperanza de vida en el país se redujo aún más en 2021. Desde el comienzo de la pandemia de covid-19, más personas murieron a causa del coronavirus en EE.UU. que en cualquier otro país de altos ingresos, según el informe.
Las muertes causadas por agresiones también parecen ser más altas en los EE.UU. en comparación con el resto de los países similares. Los investigadores descubrieron que las muertes por agresión física —que incluye la violencia armada— ocurrieron a una tasa de 7,4 muertes por cada 100.000 personas en EE.UU. en 2020, significativamente más alta que el promedio de la OCDE de 2,7 y al menos siete veces más alta que la mayoría de las países en el informe.
Donde Estados Unidos parece tener un buen desempeño fue en la prevención del cáncer y en el tratamiento temprano del cáncer. Junto con Suecia, posee la mayor cantidad de exámenes de detección de cáncer de mama entre mujeres de 50 a 69 años, y superó el promedio de la OCDE en lo que respecta a las tasas de detección de cáncer colorrectal.
Otro artículo publicado a mediados de enero decía que la tasa de mortalidad por cáncer en EE.UU. cayó un 33% desde 1991, lo que corresponde a un estimado de 3,8 millones de muertes evitadas.
En general, el nuevo informe de Commonwealth Fund "continúa demostrando la importancia de las comparaciones internacionales", dijo Reginald D. Williams II, quien dirige el Programa Internacional de Commonwealth Fund, en el comunicado de prensa. “Ofrece una oportunidad para que EE.UU. aprenda de otros países y construya un mejor sistema de atención médica que brinde atención médica asequible y de alta calidad para todos”.
“No estamos obteniendo el mejor valor por nuestro dinero en atención médica”
Gran parte de los datos del nuevo informe reflejan tendencias que se habían visto antes.
“Valida el hecho de que seguimos gastando más que nadie y obteniendo los peores resultados de salud. Por lo tanto, no estamos obteniendo el mejor valor por nuestro dinero en atención médica”, dijo el doctor Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública, quien no participó del nuevo informe.
“La gran conclusión para mí es que el covid no se convirtió en el gran ecualizador [entre las naciones]. No ayudó en nada a nuestro caso”, dijo Benjamin. “En todo caso, expuso los agujeros existentes en nuestro sistema de atención médica”.
Para ayudar a reparar los agujeros en el sistema de atención médica de EE.UU., Benjamin hizo referencia a tres cuestiones que el país tiene por corregir.
“Seguimos siendo la única nación que no tiene atención médica universal o acceso para todos nuestros ciudadanos”, dijo Benjamin.
En segundo lugar, “no tenemos tanta prevención en atención primaria como en otros países, y todavía tenemos un sistema de salud público que está fracturado”, dijo.
“Lo tercero es que invertimos menos que otros países industrializados en asuntos sociales. Ellos gastan su dinero en dar apoyo inicial a sus ciudadanos. Nosotros gastamos nuestro dinero en el cuidado de los enfermos”.