Una vez solventadas las finales de Conferencia, todos los caminos en la NFL se dirigen al Super Bowl LVII.
Arizona será la sede por cuarta ocasión en su historia del “gran juego”, mismo que ha comenzado a invadir a todo el “Valle del Sol”, como se les conoce a las ciudades aledañas al State Farm Stadium.
Desde Glendale hasta Phoenix, donde están programadas las actividades de la NFL Experience, todo es felicidad y entusiasmo por recibir la fiesta del Super Bowl.
“Ya se empieza a sentir por las calles la fiebre del Super Bowl, la gente está muy contenta. Los logotipos de la edición LVII están por todos lados. Los edificios del centro están rotulados, hay bastantes murales referentes al SB. Es una verdadera fiesta”, comenta en plática con ESTO, Erick Monroy-Pino, periodista mexicano que lleva 14 años asentado en Arizona.
Aunado al espectáculo que significa el juego por el campeonato de la NFL, el partido va de la mano con una fuerte derrama económica para la sede del mismo