En Milan, no debe haber otro deseo ferviente que ver terminar enero. Es que el primer mes del 2023 ha sido oscuro para los de Stefano Pioli, ya que, después de haber abierto el año con un triunfo, sufrieron golpes duros y que le ocasionaron que, a día de hoy, padezca una dura realidad e impropia por ser el último campeón de la Serie A.
Este domingo, tal complicado presente quedó aún más agudizado para el Rossonero, en el que, entremedio, fue superado de manera contundente por Inter, en la Supercopa. Frente a Sassuolo, no solo acumuló su segunda derrota al hilo en el torneo, y su cuarto partido sin ganar, sino que también recibió una nueva goleada, por 5-2, apenas cinco días después del 4-0 que le propinó Lazio.
Justamente, estos dos marcadores abultados en contra le dejaron una mancha en la historia al Diavolo. Esto se debe a que, por primera vez, desde su creación, recibió, al menos, cuatro goles en dos encuentros seguidos por el campeonato italiano.
Pero no todo se detiene ahí para el defensor del Scudetto. Pues este tanteador adverso ante el cuadro tricolor le significó otra derrota en la que recibió, de mínima, cinco tanto en un juego en el San Siro por la liga, desde la ocasión anterior hace casi 26 años. Fue el 6 de abril de 1997 cuando había sufrido un 6-1 contra Juventus.
Está claro que en Milan deben tomar nota de manera urgente, ya que, en la Serie A, su persistencia en el cuarto puesto, que otorga la última plaza a la próxima UEFA Champions League, corre un serio peligro, dado que posee 38 puntos y tiene a Lazio y Roma sobre sus talones.
No obstante, tiene por delante el comienzo de la fase eliminatoria en el principal certamen continental. Ante Tottenham Hotspur, se medirá en los octavos de final, una serie que tiene su inicio a la vuelta de la esquina, con la ida el próximo 14 de febrero, en Italia.
Por lo tanto, los Rossoneri están obligados a mejorar en el ámbito doméstico, para sí mostrarse fuerte en todos los frentes, algo que, en el último tiempo, no le sucedió. De hecho, la goleada con Sassuolo le marcó su tercer encuentro perdido entre todas las competiciones.
Tras el 3-0 en el Derbi della Madonnina, por la final de la Supercopa, lo siguió la caída con las Aquile y ahora la padecida en su casa con el Neroverdi, una mala racha que los había atormentado en septiembre de 2019, con Marco Giampolo en el cargo.