Para encontrar algo, normalmente hay que empezar por saber dónde buscarlo. En el caso de exoplanetas habitables, la búsqueda pasa por determinar en qué tipo de estrellas hay más posibilidades de que la chispa de la vida haya comenzado un planeta en zona de habitabilidad. Eso es precisamente lo que han hecho los astrónomos Michael Pedowitz y Mariah MacDonald, solo que en este caso se han fijado en un tipo muy concreto de estrellas, las que pertenecen a sistemas binarios.
En el universo existen muchos tipos de sistemas estelares binarios. En algunos, por ejemplo, las dos estrellas que los forman están tan alejadas entre sí que es difícil detectar que van unidas por la gravedad. Para su estudio, Pedowitz y MacDonald se han centrado en los sistemas binarios con planetas circumbinarios, o sea, aquellos en los que las estrellas están tan juntas que un hipótetico planeta habitable orbita alrededor de las dos. La configuración de un planeta así, con dos soles en su cielo, es tan característica para los amantes de Star Wars que hasta los científicos los llaman informalmente “planetas Tatooine”.
El primer descubrimiento de estos investigadores ha sido que los sistemas binarios son un entorno especialmente difícil para que aparezca vida en un planeta a su alrededor. Incluso aunque la órbita de un planeta así sea estable, la diferencia de temperaturas a lo largo de esta haría que las condiciones varíen demasiado en su superficie.
Hay un 15% de los sistemas binarios en los que la órbita en zona de habitabilidad es lo bastante estable como para mantener unas condiciones aptas para la vida, y esos sistemas son aquellos que tienen una estrella mucho más grande que la otra. O sea, de nuevo los que más se parecen a Tatooine.
Esto, por supuesto, no descarta del todo sistemas binarios en los que ambas estrellas tengan el mismo tamaño. La vida siempre podría aparecer en una luna alrededor de un gigante gaseoso en órbita de un sistema binario, pero al menos ahora sabemos en qué sistemas estelares binarios fijarnos cuando se trate de buscar vida. Los resultados de este estudio acaban de presentarse en la conferencia anual de la Sociedad Astronómica Americana.