Rihanna ambientará Super Bowl LVII dentro del State Farm Stadium el próximo 12 de febrero.
El hogar del Arizona Cardinals Football Club, llamado State Farm Stadium, albergará la tan esperada celebración del Super Bowl LVII, donde Rihanna marcará su gran regreso a la música tras seis años y donde se enfrentarán los dos mejores equipos de la NFL.
Este 2023, el gran partido de la liga de futbol americano se jugará el 12 de febrero; todavía falta que se definan los dos equipos protagonistas.
La última vez que el State Farm Stadium, ubicado en Glendale albergó un Super Bowl fue en 2015, en la edición 49, donde los New England Patriots le ganaron a los Seattle Seahawks.
Además de celebrar Super Bowls, el estadio es famoso por su breve historia de eventos deportivos de la NFL, futbol universitario, baloncesto universitario y futbol soccer local e internacional.
También es un sitio favorito entre las estrellas musicales para llevar sus giras; Rolling Stones, U2, Taylor Swift, Beyoncé y The Weeknd son algunas de las estrellas que han instalado sus escenarios en la cancha.
Así es el State Farm Stadium
El estadio, nombrado como El sitio de eventos del año por Even Solutions Magazine en 2007 y la Mejor instalación de la NFL por Sports Business Journal, fue inaugurado en 2006 bajo la propiedad de la Autoridad de Deportes y Turismo de Arizona.
Tiene capacidad para 63 mil 400 asistentes, con la opción de expandirse a 73 mil para eventos masivos como conciertos.
Además de sus asientos convencionales, consiente a sus invitados con espacios especiales y asientos premium que incluyen 88 lofts y 7 mil 505 asientos tipo club, según describe el sitio web del inmueble.
Todas sus localidades, incluidas las salas especiales, cuentan con aire acondicionado, comodidad y tecnología de punta para disfrutar cualquier evento, en cualquier hora del día y temporada, en especial cuando las temperaturas suben en verano.
Entre sus novedades de instalaciones y experiencias de élite, el estadio es famoso por su innovadora tecnología.
Tras ser diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y las sociedades HOK Sports y Hunt construction Group, el estadio se convirtió en la primera instalación deportiva con superficie de juego de césped natural retráctil en América del Norte y con el primer techo completamente retráctil.
Para evitar ser un problema en las vistas panorámicas del desierto, el estadio fue diseñado con paneles metálicos relucientes en el exterior que reflejan la luz cambiante del área.