La presidenta de Perú, Dina Boluarte, reiteró su apoyo a la Policía Nacional (PNP) en su actuación para controlar las protestas antigubernamentales, atribuyó «el caos» que han provocado estas a «grupos radicales» y pidió una tregua nacional en una rueda de prensa con medios extranjeros.
«Eso no es una protesta pacífica, es una acción violenta generada por un grupo de personas radicales que tienen como agenda política y económica basada en el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando», declaró Boluarte. Dijo que las principales protestas se han ubicado en Puno, departamento sureño fronterizo con Bolivia, «donde hay minería ilegal y contrabando», y en Apurímac, también en el sur, «donde está el Vraem, cerca de donde sale el tráfico de cocaína», y que es por esta razón que el caos se ha desarrollando, «mientras la Policía salvaguarda la vida de compatriotas y de la propiedad privada y del Estado». Explicó que las pérdidas económicas ascienden a más de 2.000 millones de soles (unos 514 millones de dólares) en cuanto a producción y a 3.000 millones de soles (unos 772,3 millones de dólares) relacionados a destrozos de infraestructuras como aeropuertos y carreteras, comisarías y sedes del Ministerio Público. «En algún momento yo he sido parte de las protestas y he salido a marchar por justas reivindicaciones laborales o estudiantes, pero creo que el derecho a la protesta no puede venir acompañado de violencia, de destrozo y de muerte», indicó. En las marchas antigubernamentales que piden su renuncia, el cierre del Congreso y la convocatoria de una asamblea constituyente desarrolladas desde principios de diciembre han fallecido 62 personas.