Prácticamente como cada comienzo de año en los últimos tiempos, la noticia nos lleva a la Antártida y el desprendimiento de un iceberg que, para hacernos una idea, tiene unas dimensiones del tamaño de la ciudad de Londres. Ha ocurrido cerca de una estación de investigación, la segunda división de este tipo en dos años.
Quienes han dado la voz de alarma han sido los investigadores del British Antarctic Survey (BAS), quienes han explicado que la formación del nuevo iceberg, en un proceso natural de “desprendimiento”, no se debió al cambio climático, que está acelerando la pérdida de hielo marino en el Ártico y partes de la Antártida.
Más datos sobre el mismo: estamos ante un iceberg que mide 1.550 kilómetros cuadrados, se desprendió de la plataforma de hielo Brunt de 150 metros de espesor una década después de que los científicos detectaran por primera vez enormes grietas en la plataforma. De hecho, y como explicábamos al comienzo, una separación espectacular similar, que involucró a un iceberg de 1.270 kilómetros cuadrados, ocurrió hace aproximadamente un año. Según el glaciólogo Dominic Hodgson de BAS:
Se esperaba este evento de parto y es parte del comportamiento natural de la plataforma de hielo Brunt. No está relacionado con el cambio climático.