La guerra que se desató entre el clan de los Beltrán Leyva y el cártel de Sinaloa también dividió a las instituciones del Estado mexicano, que se dividieron en bandos, aseguró el narco mexicano.
La guerra que se desató entre el clan de los Beltrán Leyva y el cártel de Sinaloa también dividió a las instituciones del Estado mexicano, que se dividieron en bandos, aseguró este martes el narco mexicano Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, durante su segundo día de testimonios en el juicio contra Genaro García Luna.
Si bien los Beltrán Leyva comenzaron formando parte del cártel de Sinaloa, y Arturo Beltrán Leyva, por ejemplo, se encargó por años de entregar los sobornos a los funcionarios que les ayudaban, como García Luna, según la denuncia de la fiscalía, el crecimiento del cártel encabezado por Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, en detrimento del de los Beltrán, y la entrega de Alfredo Beltrán, capturado el 21 de enero de 2008, terminaron por desatar la guerra entre los cárteles. Arturo Beltrán culpó al “Chapo” de la detención de Alfredo Beltrán, y consideraba que lo habían puesto en bandeja de plata al gobierno a cambio de que los dejara seguir operando en libertad.
“Se empezaron a matar”
La división también llegó a las instituciones de Estado mexicano, aseguró “El Grande”, quien describió así los bandos: la policía federal, y parte del ejército, estaban con “El Chapo” y con “El Mayo”, mientras que la Agencia Federal de Investigación (AFI), creada en el gobierno de Vicente Fox y unificada con la Policía Federal en la administración de Felipe Calderón. “Se empezaron a matar”, relató el testigo en la corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, ante el juez Brian Cogan.
De acuerdo con Villarreal, para 2008, los Beltrán Leyva estaban muy molestos porque la Secretaría de Seguridad Pública, entonces a cargo de García Luna, parecía beneficiar más al grupo de “El Chapo” que a ellos. Los operativos contra la gente de los Beltrán, explicó, eran continuos, mientras que eran “mínimos” contra el grupo de El Chapo.
Beltrán Leyva cuestionó a la cara a García Luna sobre con quién estaba. El funcionario mexicano, siempre según el recuento del testigo, se declaró “neutral” y dijo que seguiría trabajando para ambos bandos.
Pero cuando Beltrán Leyva vio que las operaciones contra su gente aumentaban “excesivamente”, intentó llamar a García Luna a través de Luis Cárdenas Palomino, exdirector de seguridad federal de la Policía Federal, y no le contestó, fue cuando decidieron secuestrarlo para demostrarle de lo que eran capaces.
Villarreal contó que incluso los Beltrán Leyva fueron quienes entregaron a Jesús Reynaldo Zambada, alias “El Rey” y, disfrazados de agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (SIEDO) acorralaron al narcotraficante hasta que llegó la policía. Para evitar que luego “lo cambiaran”, tomaron fotos. “Yo formé parte del operativo”, indicó.