Testigos aseguran que Villarreal contaba con la protección de la Policía Federal.
Sergio Villarreal Barragán “El Grande”, ha sido el primer testigo convocado por la fiscalía que busca probar que el exsecretario mexicano de Seguridad Pública, Genaro García Luna, era parte de la “nómina” del Cártel de Sinaloa y que le ayudó a traficar “toneladas” de cocaína a Estados Unidos.
Tras presentar sus argumentos, la fiscalía llamó a El Grande como su primer testigo. Se trata de un narcotraficante que fue pieza clave en el cártel de los Beltrán Leyva, conocido por ser un hombre sanguinario y cruel, conocido por el secuestro, tortura y descuartizamiento de más de 90 personas.
Apodado “El Grande” por su estatura (mide casi dos metros), fue deportado a Estados Unidos en 2012.
Fue testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR) en el sexenio de Felipe Calderón, justo cuando García Luna era el secretario de Seguridad Pública.
Relacionado en sus inicios con Los Zetas y el Cártel del Golfo, Sergio Villarreal, que operaba en Torreón, también se vinculó con Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie.
De acuerdo con algunas versiones, El Grande reveló a las autoridades estadounidenses que García Luna, junto con Luis Cárdenas Palomino, quien fuera director de Seguridad de la Policía Federal, colaboraban tanto con el Cártel de Sinaloa como con el de los Beltrán Leyva.
Testigos aseguran que Villarreal contaba con la protección de la Policía Federal, que le avisaba cuando había operativos. Algo parecido al rol que, asegura la fiscalía, jugó García Luna con el Cártel de Sinaloa, previniéndolo de operativos.
Cuando Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, y los hermanos Beltrán Leyva, rompieron, El Grande comenzó a ser perseguido, hasta que fue detenido, el 12 de septiembre de 2010. Después de revelar lo que sabía a la PGR, Villarreal fue extraditado a Estados Unidos, no sin antes revelar nombres de militares que según dijo trabajaban para los Beltrán Leyva, a cambio de sumas millonarias.