A tan solo 18 días de haber tenido bebé, Lulú estuvo a punto de morir. Mientras se encontraba en su casa, sola, de manera súbita, sintió que se ahogaba y le faltaba el aire; un coágulo se había desprendido de su pierna y se alojó en la arteria pulmonar. El haberse sometido a cesárea con histerectomía, contraindicaba la aplicación de un trombolítico (fármaco para desbaratar los coágulos) por el riesgo de que muriera desangrada.
La jefa de la Terapia Intensiva Cardiovascular de la UMAE No. 71, doctora Violeta Santiago de la Rosa, explicó que la paciente con diabetes y 37 años, arribó al servicio de Terapia Intensiva en estado de choque cardiogénico, con taquicardia, saturación y presión arterial extremadamente bajas, en síntesis, muy grave. En forma inmediata le realizaron un ultrasonido que arrojó una falla en el lado derecho del corazón y posteriormente una tomografía en la cual se observó que en las ramas pulmonares se encontraba la masa espesa del cuajo. Ante la imposibilidad de aplicar el tratamiento trombolítico debido a la contraindicación del puerperio (posparto) inmediato por cesárea con histerectomía, presentaron el caso al servicio de hemodinámica, señaló la médica. El jefe del servicio de Hemodinámica de la UMAE No. 71, doctor Alberto Esteban Bazzoni Ruiz, abundó que el coágulo desprendido tapó de manera súbita el torrente sanguíneo al alojarse en una arteria, cuya función es que la sangre pase por el pulmón, se oxigene y posteriormente se redistribuya en el cuerpo; el riesgo de muerte era muy alto.