'La lucha libre me hizo una persona segura y el periodismo amante de las letras'.
Jesús Ibarra Espinoza, mejor conocido en el ambiente periodístico como "El Gacho" o "El Capi", es el decano de los reporteros de la sección policiaca en la región centro del estado. De fina pluma y vasto conocimiento, este reportero es un vivo ejemplo de superación y de que los sueños se cumplen pues logró desempeñarse en sus dos pasiones: la lucha libre y ser un “tundeteclas” consignando los casos que hicieron temblar a la opinión pública.
Pero además es un ejemplo para la juventud, pues con la buena salud que adquirió en su actividad deportiva, lejos de las drogas aún tiene una lúcida memoria y alientos para seguir adelante a sus 80 años de edad así que conozcamos a este personaje.
Tu carácter siempre ha sido jovial ¿Cómo fuiste de niño?
"Tenía una pasión increíble por la lucha libre y me deleitaba con el hábito que desgraciadamente hoy en día es más escaso: la lectura de libros y revistas.
Andaba para arriba y para abajo; en las crecidas de los arroyos, en Nueva Rosita, me lanzaba desde tres metros hasta el margen del agua y me llevé uno y mil estirones de orejas. Subía a los árboles imitando a los monos como Tarzán, andaba arriba de los pupitres y hacía rabiar a las maestras de la Escuela Primaria "Miguel Hidalgo" en los tiempos que se ponía en práctica "La letra con sangre entra".
A los nueve años acompañaba a mi amigo, el bolero Juan Morales a la plaza de Rosita para ganar dinero y alquilar por 10 centavos la revista semanal de “Santo El enmascarado de plata”.
Era un soñador, jugaba a convertirme en mis héroes favoritos pero eso sí, a pesar de mis travesuras los estudios los tomé siempre en serio y con eso compensaba los corajes de mis padres".
¿Cómo ingresaste a los medios de comunicación?
"Por aquel entonces aún no se construía el museo Pape y apenas se inauguraba el periódico "La Opinión" ahí entre de misceláneo y hacía de todo cuando el director era Raymundo Guerrero. Cobraba, intercalaba, repartía, ayuda en producción pero no dejaba de echarme marometas arremedando a los luchadores".
¿Cumpliste tu sueño de ser luchador?
"Conocí al luchador Israel Carranza Juárez, me invitó a entrenar y metí al elenco que formaban "Jhony Ibarra", "El Rebelde Góngora", "El Azteca 1", "Bobo Cepeda", "Boby Maltos", "Chico Rodríguez", Romero Valdés, Alberto Mora, Rudy Mendoza, "El Pocarito" y "el Príncipe Judas".
Empezaba la carrera del Doctor Kronos y El Chamaco Castilla, Chico Ibarra y el Americano Loco. Yo fui el enmascarado "El Angel Negro", el exámen me lo puso "El Diamante negro" y "Herodes"; debuté el 20 de Mayo de 1972 contra el "Tigre de Guanajuato" en la Arena Olímpica de Mario Ayala".
Eres una leyenda de la nota roja ¿Cómo iniciaste de reportero?
"Héctor Tamez Martínez(+) me prestaba su cámara fotográfica para que tomara las tragedias en la carretera Federal 57 y en la ciudad además que me dictaba la redacción para teclearla en las máquinas de escribir.
Me enrolé de lleno en 1990 ya cuando la Opinión tenía varios años de convertirse en La Voz. Mi entusiasmo llamó la atención de la editora Raquel Cantú quien le pidió que él mismo redactara la nota de un auto robado".
A la gente nunca le das gusto ¿Tuviste críticas por alternar tus dos pasiones?
"Hay quiénes critican a los que se convierten en boxeadores y luchadores sin imaginar que han surgido argumentistas y productores de películas y por citar algunos Él Murciélago Velásquez, El Santo, Fernando Osés y Enrique Llanes quien tuvo dos hermanos luchadores Javier y José. Al igual que ellos conjugé mis dos pasiones las letras y los golpese incluso al igual que Beto Mora, recibí un anillo de oro de 14 kilates por parte de una aficionada de hueso colorado de nombre Adriana. Gané dos mascaras la de "El Destroyer" y "El Tigre de Guanajuato". Nunca perdí la máscara pero la enfermedad de mi hijo Abel, parálisis cerebral, hizo que en 1986 dejara el deporte pero seguí como reportero siendo requerido en diferentes medios de comunicación de Monclova".
¿Qué enseñanza te dejó ser luchador y reportero?
"La lucha libre y también el boxeo me hicieron ser una persona segura, el periodismo y la redacción alguien amante de las letras, nada de las dos cosas las cambiaría por nada".