Mientras el presidente Lula da Silva, promete que fascistas pagarán con la fuerza de la ley los hechos violentos.
Centenas de seguidores del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro invadieron la sede del Congreso Nacional en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.El grupo, que defiende tesis golpistas, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos entraron dentro de la sede legislativa.Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, que brinda seguridad al Congreso. También destruyeron barreras de protección y armados con palos enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes. Lula, que asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, se encuentra este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en Sao Paulo.
Centenares de Bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.
Fascistas pagarán. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió castigar con dureza a las personas que el domingo invadieron el Palacio del Planalto y otras instituciones estatales en Brasilia. Lula decretó la intervención federal en la capital después de que miles de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieran masivamente en áreas del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal y el Palacio del Planalto, donde se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades. Afirmó que "no hay precedentes en la historia de nuestro país" de los sucesos del domingo en Brasilia.