El exceso de este lípido puede provocar la formación de grasa en nuestros vasos sanguíneos
El colesterol es una sustancia grasa (un lípido) presente en la sangre y en las células del cuerpo. Es necesario para el funcionamiento normal del cuerpo, pero cuando hay demasiado colesterol en la sangre, puede aumentar el riesgo de problemas de salud relacionado con el sistema cardiovascular
Esta sustancia grasa se puede encontrar en algunos alimentos, como la carne y los productos lácteos, y también se produce naturalmente en el hígado, por lo que estamos más que acostumbrados a convivir con él. Es cierto, eso sí, que el colesterol alto, puede ser un gran problema en nuestro organismo, y conviene prestarle atención.
En cuanto a las bebidas, existen cierto tipo de alimentos que nos perjudicarán en exceso, ya que siempre hablamos de grandes cantidades. Todo consumo moderado y responsable de cualquier cosa no tiene por qué ser negativo, al igual que el colesterol LDL, que también es necesario.
- Las bebidas alcohólicas:
En general, el consumo excesivo de alcohol es, de por si, perjudicial para nuestra salud. Pero en lo que se refiere al colesterol, abusar en grandes cantidades de estas sustancias también nos puede dañar a nivel cardiovascular.
En el caso de la cerveza, por ejemplo, u otras bebidas alcohólicas, lo que nos provocará la ingesta excesiva será una mayor presión arterial, con lo que puede conllevar en el terreno de las enfermedades.
- Leche entera:
El producto lácteo por excelencia es, sin duda, la leche. Pero en el caso de la entera, abusar de ella podría llegar a ser dañino para nuestro sistema. Se trata de un producto alto en grasa, por lo que su porcentaje de grasas saturadas suele ser alto, por lo que contribuye al aumento del colesterol.
Además, la cantidad de calorías que contiene, los niveles de glucosa también aumentan, algo parecido a lo que sucede con las bebidas azucaradas, altamente problemáticas también.
- Bebidas azucaradas:
El consumo excesivo de azúcares añadidos puede aumentar el colesterol y contribuir a la obesidad y otros problemas de salud. En este tipo de bebidas, conocidas por su función refrescante, hay que tener especial ojo en no excederse.
En algunos casos también pueden aportarnos unas cantidades bajas de hidratos refinados, que no suelen ser demasiado buenos para nuestro organismo, además de grasas de mala calidad, que favorecen a la creación del "colesterol malo" o LDL.