A pesar de que es una de las bebidas más consumidas en el mundo, muchos desconocen sus aportes y eventuales riesgos para la salud. Frente a esta situación, diversos estudios descifraron qué se esconde al interior de una taza de café.
Suena el despertador, te levantas de tu cama y lo primero que piensas es en hacerte una taza de café, aquella bebida caliente que sientes que te da la energía para iniciar una nueva jornada de trabajo o estudio.
Pues no eres el único. Numerosas investigaciones y sondeos han alertado que su consumo se encuentra en un constante ascenso a nivel mundial.
Si bien, su penetrante olor es parte de la rutina de muchas personas, quienes incluso están dispuestas a esperar en una larga fila para conseguir uno, los efectos que este tiene son desconocidos para la mayoría.
- Los beneficios del café para la salud:
En 2017, un equipo de especialistas publicó una recopilación de más de 200 meta análisis en torno a esta temática. El resultado, disponible en el medio académico, destacó que su consumo es seguro para la mayoría de las personas y que podría ayudar a disminuir los riesgos de enfrentar ciertos diagnósticos clínicos, como enfermedades cardiovasculares, neurológicas y algunos tipos de cáncer, entre otros padecimientos.
Aquello también aplica para el descafeinado. Según detallaron los investigadores, lo más importante para que sus beneficios hagan efecto es que se tome solo, es decir, sin azúcar, leche, crema u otros productos endulzantes que se encuentran en el mercado.
Pero a pesar de esos puntos positivos, detallaron que aún se requieren más estudios para conocer si estas relaciones son causales y si podría haber efectos adversos en casos particulares, como en las mujeres embarazadas, a quienes no se les recomienda tomar café en dosis elevadas, debido a que podría causar complicaciones en el nacimiento del bebé.
Aun así, hay otros beneficios que han sido confirmados por especialistas:
- Sus efectos contra ciertos diagnósticos:
Un estudio analizó una muestra de 20.000 personas a lo largo de una década y concluyó que la ingesta de esta bebida favorece a la longevidad, especialmente cuando se trata de personas mayores de 54 años.
Según explican “el grueso de las enfermedades crónicas se produce en edades más avanzadas y es ahí donde el café puede tener un efecto más beneficioso”.
Por otro lado, un equipo de especialistas del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública compartió una investigación, en la que aseguraron que la ingesta diaria de dos tazas o más puede ayudar a las mujeres mayores de 60 años a enfrentar diagnósticos como la hipertensión, la diabetes o la obesidad.
- Los eventuales riesgos del consumo:
Dichos estudios “también se vio que en consumidores habituales de café no aumentaba el riesgo de hipertensión”, esto no aplica para todos los casos, ya que en algunos incluso puede incrementar la presión arterial.
"En consumidores habituales este efecto disminuye, se produce una habitualidad y priman los efectos beneficiosos de otros componentes del café, sobre todo en el metabolismo de la glucosa, que es lo que disminuye el riesgo de diabetes", enfatizó, para luego añadir que entre las personas que podrían enfrentar riesgos severos, se encuentran quienes padecen una hipertensión no controlada, los individuos que tienen problemas digestivos después de beberlo y los pacientes que sufren de insomnio.
Respecto a qué variedad es mejor para la salud, desde el sitio especializado Directo al paladar detallaron que es clave “apostar siempre por café de tueste natural”, mientras que en cuanto a la cantidad de tazas que se pueden tomar al día, un estudio sentenció que entre 3 y 5 puede ayudar a “una reducción del riesgo de varias enfermedades crónicas”, aunque con la posibilidad de tener efectos no deseados, tales como nerviosismo o temblores.
La aparición de esas u otras reacciones puede depender según el organismo de cada persona. No obstante, los especialistas consideran que una medida estándar sería de 40 a 300 mg para contrarrestar situaciones como la fatiga o incrementar un estado de alerta. En el caso de las mujeres embarazadas, recomendaron no superar los 200 mg.
Cabe destacar que siempre es recomendable visitar a un médico especialista para evaluar el estado de salud de cada individuo.