El petróleo se encaminaba a su segunda subida anual consecutiva tras un año turbulento marcado por la escasez de suministros tras la guerra de Ucrania, el debilitamiento de la demanda de China, el principal importador mundial de crudo, y el temor a una contracción económica mundial.
* El crudo se disparó en marzo, con el Brent alcanzando los 139.13 dólares por barril, el precio más alto desde 2008, después de que la invasión rusa de Ucrania trastornó los flujos mundiales de crudo. Los precios bajaron rápidamente en el segundo semestre de 2022, cuando los bancos centrales subieron las tasas de interés y avivaron el temor a una recesión generalizada. “Este ha sido un año extraordinario para los mercados de materias primas, en el que los riesgos de suministro han provocado un aumento de la volatilidad y una subida de los precios”, afirmó Ewa Manthey, analista de ING. “El año que viene será otro año de incertidumbre, con mucha volatilidad”, agregó. El crudo Brent LCOc1 subía el viernes 1.13 dólares, o un 1.4%, a 84.59 dólares el barril a las 1735 GMT, mientras que el estadounidense West Texas Intermediate CLc1 ganaba 91 centavos, o un 1.2%, a 79.31 dólares. En el año, el Brent se encaminaba a ganar un 8%, tras saltar un 50% en 2021. El crudo estadounidense, por su parte, subiría un 5% en 2022, tras el 55% del año pasado. Ambos habían caído en 2020, ya que la pandemia del Covid-19 recortó la demanda por combustible. Es probable que en 2023 los inversores sigan siendo cautos, ya que las subidas de tasas y la preocupación por la recesión mermarán sus perspectivas, según Craig Erlam, analista de la correduría OANDA.