Rolando emprendió la travesía en búsqueda de la preciada firma del astro brasileño.
El Mundial de México 70 significó para Pelé su consagración como jugador. El brasileño conquistó su tercera Copa Mundial. La figura del delantero marcó la vida de un joven de 17 años llamado Rolando Turégano, quien a la postre se convertiría en jugador profesional y además, dueño de la colección privada más grande de objetos mundialistas de México.
“La petición que le había hecho a mi padre como regalo de cumpleaños era esa precisamente tener de regalo de cumpleaños un balón firmado por Pelé. Entonces, mi papá pues no sabía cómo sacar la firma de Pelé. Yo le dije que iba a estar en Guanajuato, concentrado con la Selección en 1970 y nos fuimos después de salir del colegio, en época de exámenes nos fuimos”.
En pleno día de su cumpleaños, junto con su padre, Rolando emprendió la travesía en búsqueda de la preciada firma del astro brasileño. Horas y horas afuera del hotel de concentración de la selección verdeamarella en Guanajuato comenzaron a correr sin ningún resultado.