En medio de una economía que podría crecer 3.0% en este año y con una inflación cerrará cerca del 8%, la inversión física ha mantenido a lo largo de este año un avance aceptable, con una tasa observada del 4.2% anual en septiembre, según expuso Engen Capital, Sofol que da financiamiento a empresas de diversos tamaños.
Esto se da en condiciones en que la inversión extranjera directa estaría superando los 35 mil millones de dólares en este año, una cifra significativa que se da en un entorno mundial de elevada inflación y altas tasas de interés.
Es decir, la inversión física local y extranjera se da en un ambiente sumamente complejo, como no se había visto en muchos años.
Al interior de la inversión, sin embargo, contrastan dos hechos. Primero, el gran repunte que sigue observando la inversión en maquinaria y equipo (pesa 42% de la inversión total vs 34% hace dos décadas), con 15.9% anual, especialmente su componente importado.
Este segmento seguirá creciendo, en línea con la entrada de inversión extranjera directa y favorecida también por la estabilidad cambiaria. Al parecer, estamos viendo los efectos del proceso de “nearshoring” que está experimentando México a partir de la crisis pandémica y sus secuelas posteriores.
Segundo, la inversión en obras de construcción (pesa 58% de la inversión total) observa caídas por quinto mes consecutivo, con -5.2% anual en septiembre y siendo generalizada esta caída (segmento residencial y no residencial). En general, la construcción es uno de los segmentos de la economía que más se está rezagando para salir de la crisis de 2020. Así las cosas, la inversión total crecería alrededor de 5.2% en este año, una cifra aceptable y que superaría al 3.0% estimado para el PIB. Sin embargo, y a pesar de esto, la inversión aún presenta un fuerte rezago con relación a su máximo relativo de 2016, al ubicarse su nivel casi 10% aún por debajo de esa fecha.