Su consumo excesivo puede causar graves consecuencias por sus ingredientes
Desde 2008, el consumo de bebidas energéticas incrementó hasta 66% e incluso rebasó casi 40 veces el de algunas bebidas alcohólicas porque los consumidores las prefieren como alternativa al café u otros líquidos que brindan la sensación de energía, según el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ).
Efectos de las bebidas energéticas
El organismo, que pertenece al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), señala en su revisión que ingerir estas bebidas carbonatadas ocasionalmente apenas genera efectos negativos a la salud, pero su consumo excesivo puede causar graves consecuencias pues contienen ingredientes como: cafeína, taurina y altos niveles de azúcar que, eventualmente, dañan al organismo y generan dependencia.
También contienen guaraná, ginseng, edulcorantes calóricos como glucosa y fructosa, y no calóricos como acesulfame K, sucralosa y aspartame. Asimismo, sodio, inositol, L-Carnitina, extractos de café y té verde, entre otras sustancias que, aunque estimulan al cuerpo, derivan en severos daños al sistema nervioso.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la ingesta de azúcares diarios en un adulto, no debe rebasar los 25 gramos. Sin embargo, un estudio realizado por la institución, reveló que 13 de las 24 marcas que se comercializan en México exceden esta recomendación hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Deshidratación, ansiedad, insomnio; las consecuencias de consumir bebidas energéticas
Entre las consecuencias del consumo excesivo de las bebidas energéticas, se encuentra la deshidratación, insomnio, ansiedad, temblores, dolores de cabeza, mareos y ritmo cardiaco rápido o anormal. De igual forma, acidez estomacal, incremento de la presión arterial y hasta puede interferir en la absorción de nutrientes vitales para el cuerpo.
Si se ingieren con alcohol, como acostumbran algunos usuarios, en su mayoría menores de edad o jóvenes, estos efectos secundarios se triplican, según el informe realizado por el CIATEJ.
¿Quiénes no las deberían consumir?
Por ello, la Profeco, que encabeza Ricardo Sheffield Padilla, recomienda moderar el consumo de estas bebidas y señala que no deberían ser ingeridas por menores de 12 años, mujeres embarazadas o lactando, personas sensibles a la cafeína ni mezclarse con bebidas alcohólicas.
Por otro lado, indica que quienes padezcan alguna enfermedad nerviosa o cardíaca deben ser precavidos con las bebidas con cafeína y recuerda que no son lo mismo que las bebidas isotónicas o bebidas deportivas, diseñadas para la recuperación del agua, energía y electrolitos perdidos durante el ejercicio.